Pondrá Luis Pescetti a todos en pijama

AutorErika P. Bucio

A los conciertos de Luis Pescetti se puede ir de pijama. Su humor puede que recuerde a Les Luthiers, Quino y Fontanarrosa. Es su combustible vital.

Adorado por los niños, comenzó trabajando en centros nocturnos de Buenos Aires. Pero el circuito de humor de los adultos, concluye, no es ni de cerca tan agradecido como el infantil.

En sus espectáculos, trata a los niños como naturalmente salvajes y adorables, desesperantes y amorosos, tiernos y entrañables. Y ellos le corresponden. Un niño dibujó a Batman pidiendo un autógrafo a Pescetti. Otro, apenas el domingo, después de un concierto,

se despachó: "Este es el mejor año del mundo".

"El humor es mi propio combustible vital, mi propio abrazo a mí mismo. Es como decirte: ¿para qué te sirvieron los besos y abrazos? Para darlos porque yo solo no los hubiera tenido. ¿Para qué te sirvió el humor? Para darlo, yo solo no lo hubiera tenido", responde vía Skype.

Su humor recuerda de pronto a Les Luthiers...

Les copio mucho, les grabo sus shows. Y donde ellos usan el plural yo uso el singular porque hago el unipersonal. Y te sugiero que te fijes también en Quino y en Fontanarrosa.

Pescetti (Santa Fe, 1958) suscribe lo dicho por Fontanarrosa: en la división internacional del trabajo, a los argentinos les tocó hacer reír.

Pero cuando Luis era niño, no había un artista infantil que hiciera humor. Si acaso Pepe Biondi, un comediante para adultos, dueño de un humor en apariencia ingenuo.

"Cuando llegué a Buenos Aires vivía en una pensión, la...

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