Sin el poder de su firma

AutorRoberto Zamarripa

Enviado

ARROYO SECO MIRAFLORES.- José Arturo Pintado Macías es el director de la primaria "José María y Morelos". Carga en la mano izquierda un folder repleto de papeles y en la derecha el micrófono que le entregó el personal de logística de la comitiva presidencial para que relate en voz alta al Presidente Felipe Calderón los daños de la escuela.

Lleva siete años como director y enseña al Presidente los salones destruidos, el piso sucio, los vidrios rotos, la basura que se encuentra al paso, la zona de baños donde hay un letrero que dice: "No desperdiciarás el agua", y ya que agota la visita a los seis salones destrozados dice con orgullo: "y ésta es la plaza cívica".

El Presidente Calderón, la Secretaria de Desarrollo Social, Beatriz Zavala, que le sigue, y otros miembros de la comitiva voltean y miran un patio vacío y al lado, donde habitualmente se pone la escolta de la escuela para las ceremonias cívicas, aparecen una silla de maestro con tres patas, un mesabancos de cabeza, basura y más basura, papeles, actas de nacimiento arrugadas por la humedad, una báscula desvencijada, la taza del baño de hombres arrumbada, bolsas sucias, libros deshojados, la fiel muestra de que el agua no perdonó nada y dejó la escuela hecha trizas.

Irónicamente, la comunidad arrasada por las inundaciones se llama Arroyo Seco. El secretario del Ayuntamiento, Luis Zenón, un ganadero obeso de 34 años, dice que "los viejos del pueblo" le cuentan que tenía más de 40 años que no pasaba algo similar en esta comunidad del municipio de Tacotalpa, Tabasco.

El agua rebasó los dos metros, anegó las casas, corrió fuerte mientras arreciaba la lluvia que pegó el domingo 28 de octubre por la noche. A la gente no la tomó dormida porque ya saben qué hacer cuando llueve fuerte. Corren hacia la loma o la carretera. Pero esta vez no fue suficiente.

Y la escuela resintió los daños de la inundación que dejó las marcas a la mitad de las bardas.

El maestro Pintado terminó el recorrido y en un descuido el Presidente le ganó el paso y se fue a saludar a unos vecinos que le gritaban. De repente, el profesor, sin micrófono para que lo escucharan, se quedó solo y nada más con su folder húmedo por el sudor de su mano izquierda. Firme, palmea a un miembro del Estado Mayor Presidencial y le dice: "bueno, y quién me firma esto".

Abre el folder con una carta dirigida al Presidente, sí, el mismo que le había escuchado su relato y había observado los destrozos de la escuela. Nadie le da razón...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR