Plaza Pública / Zacatecas y la educación

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La gobernadora de Zacatecas Amalia García, que esta mañana rinde su segundo informe de gobierno, anunció el lunes que devolverá la gestión educativa a la Federación. Independientemente de que ese paso sea posible (porque si bien la relación a la que renuncia nació de un convenio, que puede ser denunciado unilateralmente, se convirtió después en disposición legal), con su decisión la titular del Poder Ejecutivo zacatecano puso en evidencia la grave crisis del financiamiento educativo en el país.

El 18 de mayo de 1992 fue firmado el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica. Lo suscribieron, con el presidente Salinas como testigo, el secretario de Educación Ernesto Zedillo (que apenas en enero anterior había pasado de la Secretaría de Programación y Presupuesto a ese desempeño), la secretaria general del SNTE, Elba Esther Gordillo (que tres años antes había recibido el liderazgo del sindicato de manos de Salinas y en perjuicio de Carlos Jonguitud), y los gobernadores de los estados.

El de Zacatecas ha examinado el desarrollo de ese acuerdo y concluido que el modelo educativo que de él partió está "agotado". Lo dejó exhausto el incumplimiento federal de las condiciones pactadas, especialmente durante el sexenio que está por concluir. En particular, Zacatecas resiente, según el diagnóstico de la gobernadora, que "no sólo no se consolida la transferencia de recursos federales, sino que además nos adeudan cantidades sustanciales; como ejemplo está la deuda de la Federación acumulada los últimos tres años por carrera magisterial; la falta absoluta de recurso federal para respaldar la negociación con el magisterio, a pesar de las intensas gestiones hechas desde febrero hasta este mes de septiembre, e incluso la falta de un recurso comprometido en computadoras para avanzar en la educación en tecnologías de información, sólo para mencionar algunos rubros...".

La gobernadora García menciona el caso de Oaxaca, donde se ha puesto en riesgo la gobernabilidad por la omisión federal en el financiamiento educativo. Hay que recordar, en efecto, que cuando la sección 22 del SNTE comenzó su movimiento el 22 de mayo lo hizo enarbolando una demanda que sólo el gobierno de la República puede satisfacer (la rezonificación salarial). Y aunque el conflicto evolucionó y se agravó tras el fallido intento de desalojar al magisterio del centro de la capital, el origen del problema concierne a la relación financiera entre el gobierno federal y local...

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