Plaza Pública/ Hacia la colisión

AutorMiguel Angel Granados Chapa

El cacicazgo yucateco y las autoridades federales se enfilan hacia la colisión. Por desgracia, y a causa de la maniobra urdida por el Gobernador Víctor Cervera Pacheco, si el choque se evita será con cargo a la legalidad, que resultará maltrecha. Y preservarla es condición necesaria para la convivencia y la estabilidad en horas en que los antiguos factores que las aseguraban están desapareciendo sin ser sustituidos por otros.

Cervera, y los miembros del consejo espurio a los que contra la ley designó la legislatura local (su mayoría priísta), se convirtieron ayer en sujetos de penalización, pues desoyeron al Poder Judicial federal, se burlaron de él. Así lo hizo constar el Tribunal Federal Electoral, que ha remitido su certificación a la Procuraduría General de la República. Esta debe iniciar una averiguación previa y de ella podría concluirse la consignación ante un juez. En el caso de Cervera, sería preciso desaforarlo, es decir, obtener la declaración de procedencia, y sólo a partir de que ella se lograra podría quedar sujeto al enjuiciamiento penal. Es obvio, sin embargo, que el afectado se defendería por los medios políticos, jurídicos y materiales que están a su alcance. Pero su desacato a la justicia de la Unión lo ha llevado a la orilla de ese peligroso abismo.

No es todo: mañana jueves se llega a otro momento de extrema delicadeza, del que se desprendería una consecuencia inimaginable, e inadmisible para el Partido Revolucionario Institucional. A la medianoche de mañana 15 de febrero vence el nuevo plazo (el estipulado originalmente, cumplido el último día de enero, debió ser ampliado) para la acreditación de representantes ante el consejo electoral, y el registro de las plataformas con que los partidos contenderán en el ya demorado proceso electoral. Sólo si los partidos realizan esos actos, podrán registrar candidatos a la Gubernatura, las Diputaciones y los Ayuntamientos.

Es claro que el Gobernador pretende llegar a ese punto: que se declare al PRI fuera de la contienda. Aunque fuera a causa de sus propias faltas, si ese partido no contiende el proceso resultante no podrá ser realizado. O habrá un doble proceso si la estrategia del cacicazgo prolonga su desafiante línea y busca sacar adelante el suyo propio. Asistiríamos al insólito, absurdo caso de una elección que corra por dos pistas y concluya en una aberrante doble jornada electoral. Al cabo de ella habría dos ganadores para cada cargo sujeto a la elección, y cada...

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