Plaza Pública/ Asperas electoralidades

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Aunque sus resultados son irreversibles, puede decirse que aún no concluye el proceso electoral del 2000. Están en curso diversos procedimientos relacionados con las cuentas del PRI y el PAN en las campañas de ese año. Todavía distante su desenlace en materia penal, en cambio es inminente la conclusión de las indagaciones en materia administrativo-electoral, a cargo del IFE, por lo que respecta al dinero de que no dio cuenta el tricolor. Y, en ese mismo ámbito, se progresa hacia el final de la investigación de los recursos de los Amigos de Fox que redundaron en la campaña panista.

Conviene tener presente esa variedad de procedimientos, para su mejor comprensión y porque sus derivaciones no electorales, igualmente relevantes, introducen elementos de confusión en el panorama. A mediados del 2000, el PRI denunció ante el IFE presuntas irregularidades en el financiamiento de la campaña panista, que concluía en aquel momento. Luego, el PRD convirtió el señalamiento en denuncia penal, a través de la Fiscalía especializada para la atención de los delitos electorales (Fepade) de la PGR. Al progresar en el estudio del caso, que después de muchos meses sigue en la etapa de la averiguación previa, esa agencia del ministerio público halló evidencias de lavado de dinero en la documentación recibida y sin perjuicio de ahondar en la investigación de su propia materia, hizo un desglose, es decir envió la parte pertinente a aquel otro delito a la oficina respectiva, también en la PGR.

Allí la averiguación previa había marchado con mayor lentitud aun que en la Fepade. De hecho, apenas el jueves se produjo un movimiento significativo en esa vertiente, cuando fue citado Lino Korrodi, como indiciado en el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita. Korrodi es, con mucho, el personaje de la hora, el amigo incómodo del Presidente que, tal vez por eso, prefiere cobijarse en la confiabilidad de su relación de pareja. Korrodi es acusado y acusador a la vez. Este segundo papel, el de denunciante, lo ejerció en junio del año pasado, para que se castigue la infidencia de quien hizo salir del sistema bancario copias de documentos relativos a varias cuentas, todas relacionadas con amigos del ahora Jefe de Estado. Su denuncia, que dio lugar a la detención de Eduardo Fernández y Luis Felipe González Villarreal, es el origen de un nuevo procedimiento penal, derivado de asuntos electorales, pero no relativo a esa materia directamente.

Korrodi padeció varias malas noticias esta semana, aunque no puede quejarse si compara su situación con la de Fernández, ex presidente de la Comisión Nacional Bancaria contra el cual Korrodi libra una intensa batalla legal y de opinión pública, con el evidente auxilio del...

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