Playas a la 'chilanga'

AutorCarla Guerrero

A los mexicanos no sólo nos llega la moda de las pasarelas parisinas, sino también la idea de llevar el hedonismo tropical a la ciudad. Igual que lo hiciera el alcalde de París, Bertrand Delanoe en 2002, el fenómeno se repite ahora y por cuádruple en la urbe más grande del mundo.

Y aún cuando las "playas chilangas" han generado detractores que las ven como proyecto populista, y promotores que las consideran una alternativa vacacional para los capitalinos, vale la pena hacer un comparativo con su similar en París, que desde hace 5 años concibió la idea de llevar arena y palmeras al corazón de una megalópolis.

Ambas playas, en París y la Ciudad de México, son gratuitas. La francesa funciona durante julio y agosto, desde las 7 de la mañana hasta la medianoche; las mexicanas cerrarán sus puertas hasta junio, con un horario de 8:00 a 18:00 horas.

París-Plage se ubica a 130 metros sobre el nivel del mar y ocupa 3.5 kilómetros de la ribera norte del río Sena, una importante arteria de transporte de la capital francesa por donde circulan los barcos turísticos Bateaux-mouches. La playa está cubierta por 2 mil toneladas de arena de mar, y brinda una de las mejores vistas citadinas al estar rodeada por edificios del siglo 18.

En cambio, a dos mil 300 metros de altura, se ubican las 4 playas artificiales de la Ciudad de México, específicamente en Villa Olímpica, el Deportivo Reynosa (Azcapotzalco), el Deportivo Olímpico 14 de Diciembre (Iztacalco), y la alberca pública del Bosque de Aragón.

Cada una dista mucho de ofrecer una atractiva panorámica, salvo lo poco que pudiera dar un parque olímpico del 68 en pleno anillo periférico, o las instalaciones de deportivos asentados en colonias superpobladas.

Lo que en principio iba a ser arena natural traída de Veracruz, resultó ser arena sílica proveniente de minas, la misma que se usa en los areneros para niños. Eso sí, se sembraron palmeras de Acapulco.

La playa artificial chilanga más grande es la de Villa Olímpica, donde se acondicionaron mil 500 metros cuadrados para ser rellenados con 170 toneladas de este tipo de arena.

Tanto París-Plage como las "playas chilangas" son proyectos que comparten una ambientación tropical, es decir, camastros, vestidores y sanitarios. La sensación de brisa marina está ingeniosamente solucionada con aspersores de agua. Lo propio hacen los bronceadores con olor a coco de los bañistas, y los 14 puestos de comida donde se venden antojitos.

Además de una alberca semi-olímpica y...

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