Pilar González Amarante / ¿A quién celebramos hoy?
| Autor | Pilar González Amarante |
Es el segundo año que celebramos el Día del Maestro en circunstancias atípicas, después de 14 meses de que se modificó radicalmente el quehacer magisterial. Hoy no hay eventos, sólo palabras de aliento y admiración.
Celebramos a las maestras y maestros que han sublimado su esfuerzo presencial para volverse motivadores detrás de la pantalla; a los que tuvieron que dominar el uso de tecnologías y diseñar contenidos en nuevos formatos y que soportan la angustia de tener que complacer no sólo a sus alumnos, sino a los padres de los mismos juzgando su trabajo.
A los de educación superior que tuvieron que mantener la chispa y la pasión a pesar de hablarle a un salón con cámaras apagadas.
A las maestras de las microescuelas, que atendieron a pequeños grupos de niños a pesar de no contar con las protecciones de seguridad social en un momento tan crítico.
A los maestros de zonas rurales que compensaron las precariedades tecnológicas y atendieron alumnos a domicilio.
A las maestras que detectaron situaciones de inseguridad y violencia en los hogares de sus alumnos y que luchan por devolverles su espacio seguro.
También festejamos a las maestras que dejaron de "serlo" porque fueron despedidas por la contracción de la matrícula en algunas escuelas.
Gracias a quienes comprendieron que era igual de importante soportar los aspectos psicoafectivos que procurar la calidad académica. Gracias a los que están dispuestos a regresar a las aulas, e incluso a aquellos que se resisten mientras lo hacen en congruencia y desde el confinamiento.
Es un día para honrar y agradecer a todos ellos que han sido responsables, empáticos y resilientes.
Pero no celebramos a aquellas maestras y maestros que repiten los argumentos falaces que estigmatizan a los niños, considerándolos supercontagiadores e incapaces de cuidarse. Sus prejuicios y su falta de atención a la información científica son preocupantes.
Tampoco celebramos a los que acuden a los mítines políticos y posan sin cubrebocas con los candidatos, mientras apuestan por el statu quo.
No celebramos a los que van al cine y al estadio, y luego se niegan a volver a las aulas, menos aun cuando aprovecharon el privilegio de la vacuna, con la intención de seguir atrincherados a conveniencia.
Pero hay una lista...
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