Pierden la fe ibéricos

AutorLuis Méndez

REFORMA / España

MADRID.- La población española vive desde hace 20 años una progresiva pérdida de fe en la religión católica, agravada por una crisis vocacional que hace que las iglesias ibéricas estén cada vez más vacías y que los seminarios estén al borde del cierre por falta de novicios.

El número de sacerdotes y monjas, que actualmente no supera los 60 mil en toda España, ha bajado en más de un 30 por ciento en los últimos 50 años.

El número de seminaristas también ha descendido drásticamente, apenas mil 833 repartidos en 67 diócesis, es decir, uno por cada 21 mil 550 habitantes, menos de la mitad que hace 25 años.

En el 2004 sólo se produjeron 361 nuevos ingresos en seminarios, 130 abandonos y 240 ordenaciones.

Muchos conventos españoles, que cuentan sólo con dos o tres hermanas, se van apagando, y otros apenas cuentan con un seminarista.

La escasez de novicios impide el reemplazo generacional del clero español, cuya edad media ronda los 65 años.

"La relación actual de los jóvenes con la Iglesia católica no es buena. Peor aún, la Iglesia es la institución pública en que menos confían y la que más rechazo suscita", señala en su informe sobre "Juventud e Iglesia" el sociólogo Francisco Carmona, de la Universidad de Granada.

"Sólo uno de cada 10 jóvenes católicos cree que la Iglesia oferta ideas y valores válidos para orientarse en la vida y muchos tienen un mal recuerdo de los ambientes de Iglesia. Por el contrario, en 1960 la práctica totalidad de los jóvenes se identificaba como católico practicante (95 por ciento) y el 58 por ciento de la población juvenil no faltaba nunca a misa el domingo", agregó.

Las causas de la pérdida de religiosidad, particularmente entre los jóvenes, son abordadas en este informe al que tuvo acceso REFORMA.

"Las trasformaciones que ha vivido el mundo rural, cantera tradicional de la vocaciones eclesiásticas, han despojado a la Iglesia de su base natural. El envejecimiento de la población, la mutación de la pirámide de clases, la profunda transformación de la familia, el aumento y mejora en el acceso a la educación, los cambios en las ideologías y liderazgos políticos y las consiguientes mutaciones en las formas de realizarse como hombre y mujer no podían dejar intacto el papel que la religión ha venido desempeñando en el medio rural, y han deteriorado sensiblemente el estatus del sacerdote en aquel medio", señaló.

"Además, la clase media en su conjunto ha dejado de ser el reducto de la religiosidad y el...

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