Piden dar paso a la canonización

AutorIrene Savio

Corresponsal

EL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II ya es beato.

El antiguo guardián de la Iglesia durante casi 27 años, fallecido el 2 de abril de 2005, fue elevado ayer a los altares por su sucesor, Benedicto XVI, en una solemne ceremonia en la que la Iglesia recuperó el protagonismo y el fervor popular de la era de Karol Wojtyla.

"¡Santo súbito!" (en italiano "Santo ahora"), fue el grito que se oyó al unísono del más del millón de peregrinos congregados desde la madrugada en la Plaza de San Pedro, cuando el Papa Benedicto XVI, en transmisión directa a 101 países del mundo, proclamó beato a Juan Pablo II.

En este marco, los observadores se decían ayer convencidos de que el Pontífice polaco será canonizado en breve.

"No pasarán más de cinco años", dijo a REFORMA el vaticanista Marco Politi.

Será declarado santo "en unos años", confirmó el Secretario de Estado vaticano, el Cardenal Tarcisio Bertone, al recordar que bastará un segundo milagro. Eso sí, éste tendrá que haberse cumplido tras la beatificación de ayer.

Exaltan su política

En una ceremonia que llegó en el tiempo récord de seis años, Benedicto XVI recordó a Juan Pablo II como el hombre que torció al comunismo y que devolvió a la Iglesia la "esperanza" que le había arrebatado ese sistema político.

"Karol Wojtyla subió al Solio de Pedro llevando consigo la profunda reflexión sobre la confrontación entre el marxismo y el cristianismo, centrada en el hombre", afirmó el Papa al pronunciar su homilía de beatificación.

Benedicto irrumpió así, una vez más, en la añosa polémica que ha contrapuesto también a los sectores conservadores y progresistas de la Iglesia, la lucha de Juan Pablo II contra el comunismo, modelo político bajo el que Wojtyla vivió durante tres décadas en su natal Polonia y que, aunque sin mencionar por su nombre, condenó al poco tiempo de ser nombrado Papa con su primera encíclica, Redemptor Hominis, de 1979.

El Papa alemán Joseph Ratzinger esquivó así también las polémicas venidas en los últimos días de 50 teólogos progresistas que criticaron, en un documento público, la beatificación de Juan Pablo II con el argumento de que éste se opuso a la corriente católica de la teología de la liberación, surgida en América Latina, y en la que Wojtyla vio el riesgo de que la Iglesia fuese contagiada por las ideas marxistas.

"Para Ratzinger el comunismo fue la gran mentira que acabó revelándose en contra del hombre", explicó a REFORMA, en esta línea, el vaticanista y experto en temas...

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