Piden a los abogados usar un lenguaje claro

AutorRuth Zenteno

Los abogados trabajan principalmente con el lenguaje para cambiar hechos y situaciones jurídicas, sin embargo, las palabras que emplean ha encontrado una fuerte oposición en los movimientos ciudadanos de distintas partes del mundo; México incluso ya cuenta con un manual para que las autoridades hablen con claridad.

"Es necesario construir puentes desde un lenguaje técnico que le permitan al aparato de justicia ser eficiente y a los abogados explicar en términos sencillos al ciudadano las implicaciones de sus derechos y obligaciones", dijo Juan Pablo Pampillo, director de investigación de la Escuela Libre de Derecho.

Alrededor de la década de 1970, en Suecia, se empezó a pugnar porque las leyes, y en general todos los actos de autoridad, fueran accesibles al público por lo que nacieron mecanismos de revisión para traducirlos al "lenguaje ciudadano", explicó Jorge Cerdio, director de la carrera de derecho del ITAM.

"En el mundo anglosajón esto tomó ramas públicas y privadas a un movimiento que se llamó Plain English Language, por el que los abogados, los despachos, los bufetes jurídicos y también el Estado se adiestran para transmitirle al cliente o al ciudadano su situación legal y la regulación en términos coloquiales sin perder precisión", detalló.

El académico señaló que en España hay un movimiento parecido que se llama Lenguaje Ciudadano y en México sólo se ha visto reflejado en el Manual del Lenguaje Claro de la Secretaría de la Función Pública.

Para Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, los abogados han edificado un lenguaje propio, de gran dificultad técnica, cuando el derecho y los derechos deberían ser conocidos para las personas.

A su sentir se sumaron Pampillo y Gisela Oscós, secretaria académica de la Escuela Libre de Derecho, quienes señalaron que no basta con tener un aparato de administración de justicia eficaz, sino que hay que pensar en términos de acceso a la justicia y mostrar sensibilidad social, algo que puede lograrse hablando claro.

Oscós añadió que con las nuevas generaciones de abogados se ha reducido la estricta formalidad del lenguaje legal para lograr una mejor comunicación.

Iliana Rodríguez, investigadora del ITESM-CCM, criticó que desde el siglo 16 el abogado ha sido caricaturizado como una persona arrogante y soberbia, distante de las personas cuyas causas defiende.

"El abogado carga las penas y las culpas de los otros para darles tranquilidad, pero necesita claridad...

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