Reportaje/ Petróleo en el Caspio: Tesoro codiciado

AutorNilda Navarrete

Centroeuropa

La codicia sobre las reservas petroleras que duermen bajo el Mar Caspio es uno de los platos fuertes de la Cumbre que celebran en Eslovenia los Presidentes George W. Bush y Vladimir Putin. El interés por el oro negro embriaga también a Europa Occidental, a los Estados de Asia Central y a los tradicionales países que suministran energía al mercado estadounidense.

Así está el mapa político: Antes de la desaparición de la Unión Soviética, en 1991, sólo dos Estados independientes bordeaban el Mar Caspio: Irán y la URSS. Ahora, esta costa la comparten cinco países (Azerbaiján, Irán, Kazajstán, Rusia y Turkmenistán). Entre sus fronteras se estima que reposan unos 200 mil millones de barriles de petróleo e incomparables reservas de gas natural todavía sin dueño porque las disputas son tantas que no han podido sentarse a conversar sobre cómo dividir este tesoro.

Rusia, la mayor potencia de la zona, quiere guardar el derecho a la libre circulación en el Caspio y firmó una declaración conjunta con Irán donde se dice que ni Moscú ni Teherán "reconocerán oficialmente ningún límite en este mar" hasta que un acuerdo legal sea firmado entre los cinco países interesados. Sugiere, además, que los contratos petroleros firmados podrían ser considerados ilegales.

Pero Irán teme a los barcos de guerra rusos e insiste en poseer un 20 por ciento de ambas cosas, lo cual representa una proporción mucho mayor de la parte que le corresponde por su trozo de orilla. Por eso, Rusia propuso otra solución: dividir el Caspio en dos mitades, el norte para Rusia y Kazajstán (que ya se pusieron de acuerdo), y el sur para Irán, Azerbaiján y Turkmenistán a razón de 17 por ciento para cada nación.

Esta situación no ha impedido a las principales compañías petroleras occidentales realizar contratos de hasta 10 mil millones de dólares para explorar y procesar el petróleo y el gas depositado en el Caspio. Pero en este punto es en el que surgió una segunda contrariedad, pues el proyecto se demoró debido a la dificultad de construir los oleoductos y gasoductos necesarios para llevar los energéticos a los mercados occidentales.

En la actualidad, el único oleoducto operativo atraviesa Rusia, pero tropieza con problemas como la disputa entre Azerbaiján y Turkmenistán -que junto con Kazajstán son las repúblicas más pobres de las 12 que integran la Confederación de Estados Independientes- sobre la propiedad de ciertos campos petrolíferos.

El otro oleoducto ruso, que opera...

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