El período ético helenístico-romana

AutorRubén Pacheco Inclán
Cargo del AutorEgresado por la UNITEC como Licenciado en Derecho
Páginas42-45
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LECCIONES DE ÉTICA. Conociendo el proceso histórico
Aristóteles fue el maestro de Alejandro Magno. En su época se desborda la cultu-
ra griega de su cauce nacional y se incorpora a la corriente avasalladora que va
creando, gracias al intercambio y conciliación de las representaciones de los pue-
blos circunvecinos del mediterráneo, una nueva concepción del mundo y de la vida. En
los Estados helenísticos comienza este proceso con la progresiva fusión de pensamientos
griegos y orientales; en el Imperio Romano adquiere su externa estructura, en el Cristia-
nismo encuentra su interna perfección: Helenismo, Romanismo y Cristianismo son las
tres etapas por las que, partiendo de la Antigüedad, se ha desarrollado la cultura de hoy.
La ciencia griega constituye el elemento intelectual determinante de esta fusión, y
en eso reside su signicación histórica. Se convirtió, como el arte heleno, en bien co-
mún de la Antigüedad; a ella se van enlazando los acontecimientos más decisivos de la
época, y llega a ser la fuerza plástica de todo lo que palpitaba como aspiración y anhelo
en el alma de los pueblos. El pueblo griego ha pagado la realización de su tarea con la
pérdida de su independencia política, dejándose absorber por el Imperio Romano: al
dispersarse por el mundo se han convertido los griegos en los maestros del orbe.
Pero las nuevas y más amplias relaciones que traía consigo semejante hecho, pro-
dujo una desintegración de los diversos elementos de la ciencia griega. Junto al in-
terés estrictamente teorético de la ciencia, que campeaba en los orígenes, y que aún
caracteriza la personalidad y doctrina de Aristóteles, crecen cada vez con más ener-
gía las necesidades prácticas que buscan en la ciencia un arte para orientar la vida.
Todavía en Platón los aspectos teóricos y prácticos de la losofía se ofrecen en unidad
indisoluble; es ahora cuando comienzan a separarse estas dos tendencias.
La búsqueda teorética va en pos de lo particular, y la marca distintiva de la época
helenístico-romana es la constitución y enseñanza de las ciencias especiales.
EL PERÍODO ÉTICO
Dos nuevas escuelas, fundadas hacia el siglo IV a de C, contrarrestan en Atenas la ac-
ción de la Academia (fundada por Platón) y del Liceo (fundado por Aristóteles): la Es-
toica y la Epicúrea. Ambas deben su enorme éxito a la circunstancia de expresar con la
claridad y el énfasis del doctrinarismo, las necesidades de la época de un arte de vivir.
Zenón de Citia funda en la Stoa poikílee la primera de estas escuelas. Durante su
tiempo tiene gran anidad con el cinismo. Es hasta la época de su tercer jefe, Crisipo,
cuando adquiere señalada autonomía cientíca.
Epicuro funda una comunidad de vida que nace del principio hedonista, si bien
en forma más renada y espiritual, su norma directriz; desde un punto de vista cientí-
co, empero de escasa importancia. El principio moral de la Escuela y la concepción

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