Perfiles e Historias / Un pastor en barrio bravo

AutorMaría Luisa Medellín

Editora: Rosa Linda González

"Si quieres saber más de la parroquia Santa Teresa de Ávila, teclea: iglesia blindada, y en internet se desplegará muuucha información", lanza el Padre Scott Michael McDermott Eichhorst, quien subraya campechano que así se llama, que no piense que ha dicho una maldición.

Cuenta que por las constantes balaceras mandó construir un muro enorme delante de la fachada de grandes puertas y ventanales de cristal del templo, situado en el Barrio Mirasol, en el Sector Solidaridad.

También colocó un semáforo a un lado del altar. Si está en verde, los fieles saben que afuera hay calma, o por lo menos la atmósfera habitual, comparte en su español con acento estadounidense.

Si prende el amarillo, en las últimas 24 horas ocurrió un hecho violento; y si el rojo parpadea, mejor ni moverse... hay tiroteo o una situación en la que peligra la vida.

Golpeando con los nudillos sobre una banca, el cura alto, de mejillas sonrosadas y cabello blanco, dice que en el último año no se había encendido el rojo -antes era lo común-, hasta hace un par de semanas cuando se registró una balacera mientras transcurría la misa de nueve y media de la noche.

"Fue breve, pero alertamos de que nadie saliera hasta que el semáforo pasara de rojo a amarillo", relata y añade que en octubre del 2010 hubo una refriega de 45 minutos.

"El Ejército perseguía a presuntos narcotraficantes, luego de rescatar a un comerciante que tenían secuestrado. La gente corría a la iglesia para ponerse a salvo, aunque varias balas y granadas pegaron aquí".

En otra ocasión las ráfagas los sorprendieron en pleno Domingo de Ramos, por lo que aparte del paredón que ya presenta orificios de balas, organizó un equipo de seguridad entre los feligreses.

"Cuando se empezó a calentar más la zona teníamos vigilancia antes, durante y después de las misas, por eso nos salvamos de los robos", narra el Padre Scott, y camina por la iglesia respondiendo al saludo de jóvenes y adultos.

El rumbo de su misión

Nacido en Fargo, Dakota del Norte, en una familia de maestros, Scott era aficionado a la ciencia y la electrónica. En secundaria hizo un robot, pero desde pequeño supo que sería sacerdote. Fue acólito y participó activamente en su parroquia.

Es el cuarto de cinco hermanos, hijos de Margie Lou Eichhorst y James Raymond McDermott, y narra que en verano sembraba en el campo y criaba pollos que su padre vendía.

Aprendió español porque el sacerdote de la iglesia a la que iba se fue de misiones a...

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