Perfil e Historias / Memorias de un poeta

AutorDaniel de la Fuente

Guillermo Meléndez contempla desde una pequeña terraza rodeada de plantas, a los pájaros que llegan buscando algo para comer.

El momento lo lleva a su infancia en Galeana, donde al reunirse los adultos mandaban a los chiquillos a jugar y correr entre huertas.

"Teníamos nidos de palomos, siempre estábamos a la espera cuando tuvieran el huevo", cuenta.

"Una imagen que se me aparece con frecuencia es cuando un tío dijo: 'Manda a los muchachos a que se lleven los palomos', palomos de alas cortadas, que nada más tienen con darles de comer, pareja y paja".

Meléndez, de mirada severa contraria a su carácter bromista y conversador, y de cabello casi blanco al igual que su espeso bigote, interrumpe la evocación: ése que llega a su terraza no es palomo, sino torcaza.

"A veces les silbo, les llamo con mi chiflido desentonado y vienen", comenta. "Han de venir de jaulas".

La anécdota de los palomos no es casual: Meléndez suele aderezar su conversación sobre poesía, bares y cafés, con algún pasaje de Galeana, donde nació el 25 de junio de 1947, subraya, "un día antes que Peter Sloterdijk, entre la viruta y el aserrín de una carpintería".

Esto lo dice en alusión al negocio de Américo, su padre, quien formó con Blanca Eva Guillermina Lucía Martínez Torres (así aparece en el acta de nacimiento) una familia de seis hijos. Meléndez fue el más chico, el pilón. Le decían "La Bolita".

El poeta, uno de los más destacados del Estado, tiene 73 años y un buen número de libros, uno de ellos, la antología Ciudad del náufrago, del 2002, que reúne trabajos de 1978 al 2000, publicado por el Fondo de Cultura Económica y Conarte.

En su poesía, Meléndez combina el humor y lo cotidiano con sus lecturas y mitos. Desde luego está su infancia: el autor escribe poemas donde lo rural y lo urbano pueden presentarse de manera simultánea.

El escritor Margarito Cuéllar apunta en el libro Biblioteca de las Artes de Nuevo León: "Guillermo Meléndez es una especie de patriarca generacional, un poeta mayor".

Añade: "El café, una crónica familiar, el rincón solo de un bar, la fantasía, la filosofía de lo cotidiano, el tránsito por la ciudad, los dormitorios solos; autores como Vallejo, Cavafis, Pavese, el infortunio, la caída de la noche, la luz de la cerveza, son parte de su repertorio temático".

Meléndez suele decir que llegó a la Prepa 1 de Monterrey con "cadillos en las patas". Acostumbrado a la vida en el pueblo arribó a una ciudad indiferente a la gente de otros lados.

"Llegué con...

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