Aborto ¿Penalizar o liberalizar?: Tortuguidad y humanidad

AutorBernardo Graue Toussaint

Enfoque / Especial

Los hechos: una niña de nueve años fue violada mientras sus padres trabajaban. Durante un mes, ella ocultó la agresión. Enfermó y en la consulta los médicos le detectaron además del embarazo, dos enfermedades venéreas. Ella y sus padres, dos campesinos pobres y analfabetas que trabajaban en Costa Rica regresaron a Nicaragua con el problema a cuestas.

Es la historia de "Rosa", que en enero pasado estuvo a punto de ser un conflicto internacional. Sus padres quisieron que abortara, pero el gobierno lo impidió y entonces intervinieron grupos feministas, que intentaron llevarla a Cuba. Incluso, de España les llegó una oferta de una clínica privada.

"Rosa" finalmente abortó en Managua pero ella, su familia y sus tres médicos fueron sometidos a una investigación judicial y la Iglesia Católica los excomulgó. Más de 26 mil activistas a favor de la despenalización del aborto de toda Iberoamérica reclamaron que fuera exonerada.

Difícilmente puede haber un ejemplo más concreto para dimensionar la actualidad del problema y encarar los dilemas éticos y jurídicos que plantea el aborto inducido. Este domingo 28, por décimo tercer año consecutivo, en América Latina se conmemora el "Día por la despenalización del aborto".

Enfoque presenta este conjunto de materiales con los argumentos tanto de quienes están a favor del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, como de los que consideran un crimen la interrupción de un embarazo.

In memóriam. A Carlos Castillo Peraza, a tres años de su viaje en solitario.

La discusión en torno del aborto es una de las polémicas que mayores polarizaciones producen. Procuraré no atacar a los grupos defensores de la práctica del aborto o a los grupos radicales defensores de la vida. Simple y sencillamente creo que el debate entre ambas posiciones se centra, en buena medida en la discusión sobre si el huevo fecundado en el seno materno es ya o no un ser humano. La reflexión que expondré a continuación no es de mi autoría. Corresponde a una maravillosa exposición realizada hace algunos años por Carlos Castillo Peraza en un debate en torno del aborto.

Decía el buen Carlos que las Fuerzas Armadas -concretamente nuestros marinos- cuidan con sigilo y esmero los huevos de las tortugas marinas. No sólo cuidan esos huevos fecundados de la rapiña de quienes pretenden robarlos y comercializarlos, sino que, además, les brindan protección para su desarrollo en el interior del huevo, hasta que llegue el día en que la pequeña tortuga rompa el cascarón y camine rumbo al mar buscando su destino de vida.

Las Fuerzas Armadas que cuidan nuestros mares cuidan esos huevos de tortugas, justa y precisamente porque tienen la certeza total y absoluta de que de ese huevo fecundado de tortuga no saldrá un elefante, un rinoceronte, un lobo, una gaviota, una iguana, un perro, un caballo. Tienen total certidumbre de que de ese huevo fecundado de tortuga nacerá, efectivamente, una tortuga.

Dicho en otras palabras, la Marina mexicana tiene absoluta certidumbre de la "tortuguidad" de ese huevo fecundado. Tienen total certeza de su esencia. Reconocen en ese huevo una tortuga en potencia.

Los marinos mexicanos y los grupos ambientalistas saben que en el interior de ese huevo fecundado se está desarrollando una tortuga, desde el momento de su fecundación.

Incluso existen leyes sumamente severas para quien atente contra...

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