Peligro. Carretera Toluca-México, itinerario sin seguridad

Teresa MontañoOCOYOACAC, Méx., noviembre 8 (EL UNIVERSAL).- Los aproximadamente 15 kilómetros que van de San Mateo Atenco a Puerta de Piedra, en la ruta Toluca-México, podría ser el tramo de mayor peligro para los pasajeros que, todavía a oscuras, abordan todos los días en la madrugada las unidades de transporte foráneo que los llevarán a la Ciudad de México en un viaje que, para muchos, podría ser el último.

Cerca de las 7:00 de la mañana, el pasaje se arremolina en la pequeña terminal de San Mateo Atenco, creada ex profeso hace cuatro años para darle protección a la creciente demanda de retirar los paraderos tumultuosos que operaban a lo largo de la ruta, pero que ahora no sólo no han desaparecido del todo, sino que se han convertido en ?cuevas de ladrones?, según el testimonio de operadores que la transitan diariamente.

El trayecto Toluca-México no tiene nada extraordinario, salvo que, de unos años a la fecha, se ha convertido en una de los itinerarios de mayor riesgo para quienes tienen que viajar cotidianamente a la capital del país, pues ?lo mismo te pueden volcar, chocar o asaltar, que te toque un derrumbe y te aplaste una montaña?, señala con una risa amarga Juan Antonio Hernández, operador de una de las cuatro empresas que operan aquí.

Abajo, todavía adentro de la central del municipio zapatero, doña Juanita, quien viaja con su nuera y dos menores, tirita de frío mientras marcan su boleto para ascender, antes de esto asegura que en sus viajes semanales obligatorios a la ciudad de México, ?no hay uno en el que no me entere que ya pasó algo en la carretera, que un accidente, que un aplastado, un atropellado o un asalto?. Luego sube, asientos del 22 al 25, le indica el operador.

Juan Antonio regresa a la plática mientras enciende y calienta motores. Dice que a él ya lo asaltaron dos veces, en la primera lo amagaron con una pistola, eran tres, recuerda mientras enfila la unidad a la salida, sólo unos metros adelante y enseguida estamos en el arroyo de vehículos que van volando rumbo a la capital del país.

?Lo único que me dijo el que me amagó y se quedó conmigo fue ?así vas bien chofer, tú no te pares, tranquilo?. Después se volteó hacia la puerta y dejó ir un tiro?, recuerda tras pasar por encima del Río Lerma, donde la peste a estas horas de la mañana es insoportable, el sopor que el canal despide con los primeros rayos de sol envuelven la zona industrial y más allá.

El operador asegura que aquella primera ocasión sí sintió miedo, pero le pesó más la...

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