Empresa/ Patito feo

AutorAlberto Barranco Chavarría

De hecho, ni siquiera existe la definición estricta de qué es lo que estaría en la mesa, es decir si estaríamos hablando de un negocio en marcha; si se trataría de la sola franquicia, excluyendo la cartera de préstamos en problemas de cobro, o si de plano se colocaría el cascaron, en afán de sólo de engordar el número de sucursales del comprador.

La respuesta, en tal caso, la ofrecería la instancia contratada para evaluar la calidad de la mercancía, es decir el Deutsche Bank.

El problema es que el que constituía el principal atractivo de la intermediaria, alguna vez en proceso de convertirse en banca popular, se ha ido reestructurando en el proceso de reestructuración.

De las mil 200 sucursales que integraban la red en su punto de mayor auge, apenas sobrevive la mitad.

Y el problema, más allá, es que la mayor parte de su cartera en dificultades de cobro se le otorgó en administración a una intermediaria extranjera, lo que implicaría que el comprador hiciera doble trato, uno para adquirir los activos y otro para adjudicarse a su vez los derechos...

...o de plano integrara una sociedad con la administradora de los préstamos.

Lo cierto es que en la perspectiva es de tal magnitud el deterioro de los créditos, que integrarlos o mejor dicho reintegrarlos al banco implicaría una enésima capitalización, es decir una partida extraordinaria del presupuesto público, que debería autorizar el Congreso.

El hecho es que el principal enemigo del banco cuyos propietarios originales, encabezados por Roberto Alcántara, perdieron la totalidad del capital, lo que significó la cesión automática de los activos al IPAB, ha sido el tiempo.

Hete aquí que la posibilidad de compra de cartera en problemas de cobro por parte del antecesor del instituto, es decir el Fobaproa, la frustró la acalorada discusión parlamentaria que estalló en 1997, al hacerse público el colosal monto del rescate bancario.

Digamos que a diferencia de Banamex, Banorte, Bilbao-Vizcaya, Bancomer, Bital o Serfin, Bancrecer debió entrar en una larga lista de espera, a cuya vera se volvió inútil la esperanza de oxígeno.

Más aún, cuando parecía que finalmente la posibilidad se concretaría, hete aquí que se atravesó un diferendo con el propio organismo que compraría la cartera sobre el monto de la operación, que invalidó finalmente la posibilidad.

Y como no había claridad en el destino de sus préstamos en problemas, tampoco pudo concretarse la posibilidad de una venta directa, pese al interés de media...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR