Pasos hacia la regulación

AutorErnesto Núñez y Natalia Vitela

Cuatro especialistas explican cómo debería instrumentarse la despenalización de drogas planteada por Olga Sánchez Cordero, próxima secretaria de Gobernación con Andrés Manuel López Obrador.

Crear un modelo regulatorio

Zara Snapp, integrante de #RegulaciónPorLaPaz

El cambio de gobierno debe ser un punto de partida para abandonar el modelo prohibicionista y generar beneficios por el aprovechamiento de sustancias psicoactivas.

Ernesto Núñez

Una vez que el próximo gobierno ha manifestado su intención de avanzar hacia la legalización de drogas para fines recreativos y medicinales, corresponde a académicos y activistas acompañar a autoridades y legisladores en ese proceso, asegura Zara Snapp, una de las promotoras del colectivo #RegulaciónPorLaPaz.

Las personas y organizaciones congregadas en dicho colectivo decidieron tomarle la palabra a Olga Sánchez Cordero, próxima secretaria de Gobernación, y respaldar al futuro gobierno en la construcción de una política de drogas que abandone la estrategia de guerra derivada del prohibicionismo.

"Hemos creado un colectivo que se llama Regulación por la Paz, que busca abordar esta agenda, y acompañar a los nuevos legisladores y al nuevo gobierno en este recorrido. Sabemos que es mucho de acercarles estudios e información y, desde esta coalición, vamos a estar impulsando una política de regulación acompañada de una reducción de penas o de excarcelación para ciertos delitos contra la salud, y construcción de paz", explica Snapp.

La investigadora considera que el anuncio hecho por la ministra en retiro debe ser tomado en serio, como un punto de partida para cambiar el paradigma y generar una serie de beneficios para el país, a partir del aprovechamiento de sus sustancias psicoactivas.

"Nos toca hacer el trabajo técnico, porque llevamos años en esto. Tenemos conocimiento nacional e internacional. Tenemos que aportar para crear un modelo regulatorio mexicano, que funcione para nosotros, donde las ganancias queden en el país y no se vayan a empresas transnacionales; crear una regulación, por ejemplo, para que dentro de los primeros cinco años sólo puedan entrar pequeñas y medianas empresas... Hay ciertas cosas que se pueden hacer para que ese modelo beneficie primero a México", subraya.

MOMENTO

Zara Snaap lleva más de una década estudiando el tema de las drogas; ella misma se asume como parte de una generación de consumidores que quieren ser responsables el el uso de sustancias psicoactivas. Es cofundadora del Instituto Ria, y fue integrante del secretariado de la Comisión Global de Política de Drogas, un organismo internacional en el que participan, entre otros, el ex secretario general de la ONU, Koffi Annan, y los ex presidentes Ernesto Zedillo (México), César Gaviria (Colombia) y Fernando Henrique Cardoso (Brasil). Desde 2011, esta comisión propuso un cambio sustancial en la política mundial sobre drogas, que explore los beneficios de la despenalización y ponga fin a la estrategia de guerra.

Según la especialista, el momento político hace propicio el cambio en México, pero también el contexto mundial.

"Ya tenemos varias jurisdicciones que están regulando mariguana, como es Uruguay, nueve estados en Estados Unidos, y Canadá, donde todo el país va a regular la cannabis a partir de una ley que entra en vigor el 17 de octubre. México tiene una oportunidad histórica de cambiar el paradigma de cómo vemos las sustancias, nuestra relación con ellas, y cómo aprovechar que somos un país productor. En vez de verlo como un estigma, o algo que nos da pena, deberíamos verlo como una oportunidad de desarrollo económico para nuestras comunidades, que hoy están cultivando ilegalmente", comenta.

Un cambio así regularía el mercado -detalla la autora del Diccionario de drogas (Ediciones B, 2015)-, generaría ganancias para productores e implicaría una reducción de daños considerable entre los consumidores, que tendrían acceso a sustancias de calidad, certificadas y acompañadas de información.

"Creemos que es posible hacer proyectos piloto para transitar de comunidades donde se cultiva esto de manera ilegal hacia la legalidad. El ejemplo internacional es Turquía, donde el Ejército protege esos cultivos para vender la amapola a la industria farmacéutica", señala.

Hoy en día, México importa opioides desde Francia. Cada año, el gobierno tiene que llenar un formato de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, donde se especifica la cantidad, y ése es el abastecimiento de morfina que se tiene para todo un año.

"No hay suficiente prescripción; en Guerrero, por ejemplo, que es el tercer productor mundial de amapola, ilegalmente, no hay un sólo médico acreditado para prescribirla. México debería empezar por dejar de importarla, argumentando que tiene producción nacional, y después tratar de exportarla, entrando a este monopolio de 19 países que hoy en día están cultivando amapola para uso medicinal. No hay un solo país latinoamericano en esa lista, y México podría convertirse en el primero. Esa discusión de amapola es muy importante que siga vigente, hay una urgencia desde las comunidades y desde los enfermos que están demandando esas sustancias", explica Snapp.

A su vez, una política de despenalización puede influir de manera clara en la construcción de paz. Esto implicaría avanzar en la legislación que, desde 2009...

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