Partidos políticos: la batalla perdida por la educación

AutorAlejandro Canales
Cargo del AutorMaestro en Ciencias por el Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (DIE-CINVESTAV).
Páginas483-501
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Partidos políticos:
la batalla perdida por la educación
Alejandro Canales*
El año 2006, políticamente, fue uno muy agitado, de incertidumbre, de
perplejidad, de impugnaciones y sorpresas, fue el año de las elecciones
federales y el de la disputa, el de la competencia cerrada y la definición
jurídica. En julio de 2006 se realizaron elecciones federales, pero prác-
ticamente desde sus inicios –incluso desde antes– y hasta que conclu-
yó el año, el panorama nacional estuvo dominado por los intercam-
bios ríspidos entre las fuerzas políticas y una gran expectativa por los
acontecimientos públicos.1 Los partidos políticos fueron y son los acto-
res centrales de la vida política y de las campañas electorales, pero no
son los únicos. Diferentes actores aparecieron conforme avanzaron
el proceso electoral, la medición de las preferencias ciudadanas, los
numerosos temas de las ofertas electorales y la realización de los co-
micios.
* Maestro en Ciencias por el Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Inves
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tigaciones y Estudios Avanzados (DIE-CINVESTAV). Investigador en el Instituto de Investigaciones
sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM). Este trabajo contó con el apoyo de Alejandra López Sánchez.
1 Las campañas electorales comenzaron formalmente en enero de 2006, pero el entonces
presidente Vicente Fox, en julio de 2003 declaró en entrevista radiofónica con José Gutiérrez Vivó:
“La verdad es que ya cada partido y cada persona tiene la mirada puesta en 2006. Hay unos
que niegan rotundamente que le van a entrar; que ellos afirman, que no, pero la verdad es que
¡ya está en marcha la sucesión presidencial!” La Jornada, México, 18 de julio de 2003. Los co-
mentarios de Vicente Fox fueron interpretados como una autorización expresa para una suce-
sión presidencial adelantada.
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El tema de la educación no ocupó un lugar destacado en el discur-
so de los candidatos ni en los documentos formales de los partidos polí-
ticos. Sin embargo, múltiples y diversos registros quedaron en los lar-
gos días de campaña. En este texto se examina el papel de las principales
fuerzas polí ticas que contendieron en 2006, ubicando sus principa-
les planteamientos en torno al problema de la educación, así como las
similitudes y variaciones respecto a lo que ocurrió con los mismos
partidos en la competencia electoral de 2000.
La incertidumbre y los resultados
La normatividad constitucional reconoce a los partidos políticos como
entidades de interés público.2 En virtud de ello los partidos políticos re-
ciben importantes prerrogativas para desarrollar sus actividades.3 Por
la misma razón, cualquier organización que aspire a ser reconocida como
partido político nacional debe solicitar y obtener su registro ante el IFE.
Además, una vez obtenido el registro, para poder conservarlo debe alcan-
zar por lo menos 2 por ciento de la votación en las elecciones, en caso
contrario su registro se cancela y pierde derechos y prerrogativas.4
2 Cfr. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 41, fracción I y ss.
3 Aunque el texto constitucional indica que los partidos políticos son “entidades de interés
público”, persiste cierta controversia sobre su naturaleza jurídica. El mismo Instituto Federal
Electoral (IFE) reconoce este problema, puesto que “El Consejero Electoral Jaime F. Cárdenas
Gracia manifestó en la Sesión Ordinaria celebrada el 17 de septiembre de 1999 que la legislación
mexicana y la Constitución a partir de la reforma de 1977, ha considerado a los partidos como
entidades de interés público en atención a favorecer su financiamiento público, pero eso no
significa que sean personas de derecho público, ya que ello implicaría que fueran órganos del
Estado, lo cual parece inaceptable en términos democráticos.” Instituto Federal Electoral, Código
Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales comentado, México, 2003, p. 67.
4 Los principales requisitos que señala el COFIPE para registrar como partido a las agru-
paciones políticas son:
a) Formular una declaración de principios y, en congruencia con ellos, su programa de acción
y los estatutos que normen sus actividades; b) Contar con 3,000 afiliados en por lo menos
20 entidades federativas, o bien tener 300 afiliados, en por lo menos 200 distritos elec-
torales uninominales, los cuales deberán contar con credencial para votar con fotografía
correspondiente a dicha entidad o distrito, según sea el caso; bajo ninguna circunstancia,
el número total de sus afiliados en el país podrá ser inferior al 0.26 por ciento del Padrón
Electoral Federal que haya sido utilizado en la elección federal ordinaria inmediata anterior
a la presentación de la solicitud de que se trate. [Art. 24 del COFIPE, México, 2005.]
Cabe advertir que estos requisitos se fueron simplificando con las reformas de 1987 y 1990
a la normatividad electoral, pues antes las agrupaciones tenían que acreditar un mayor número
de afiliados incluso en un mayor número de entidades federativas. En cambio, para conservar
el registro, a partir de 1996 el porcentaje se elevó de 1 y 1.5 a dos por ciento.

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