Página Tres / Gravar alimentos es ya una obsesión

AutorRicardo Omaña del Castillo

Gravar alimentos es ya una obsesión

Por enésima vez, el Gobierno del Presidente Fox pretende aplicar el IVA a los alimentos pero, con la misma tozudez, la bancada del PRI en el Congreso se opone a su iniciativa, según lo anunció el presidente de la mesa de Hacienda y Crédito Público de la Cámara, Francisco Suárez Dávila. La propuesta ha sido enviada por la Convención Nacional Hacendaria, de la que forman parte el Presidente Fox, los Gobernadores, Alcaldes y miembros del Congreso. Si bien es cierto que la iniciativa se refiere ahora a un Impuesto al Valor Agregado de 4 por ciento y no del 10 por ciento, la resistencia de los priistas es la misma. Es evidente que el acuerdo al que llegaron el Presidente y los Gobernadores del País tiene un denominador común: la urgencia de incrementar los recursos federales, que la Federación comparte con los Estados. El Gobierno, en todos sus niveles, depende de los recursos económicos que recibe a través de los impuestos. Con los dineros del pueblo cubre el costo del aparato burocrático y hace obra de beneficio social. Luego entonces, los impuestos que a nadie le gusta pagar, son imprescindibles. Sin embargo, en esta realidad que nadie puede o debe soslayar, también hay dos aspectos que no deben ser pasados por alto. Ante todo, debemos reflexionar en el gasto burocrático, que obviamente incide en el erario. Cuando esa incidencia es explicable, sensata, razonable, no pasa nada, pero cuando se gobierna con despilfarros y privilegios económicos al interior de la administración pública, el contribuyente tiene todo el derecho de protestar y de inconformarse con cualquier pretensión de aumentar o inventar impuestos. Los ciudadanos hemos visto cómo algunos gobiernos privilegian económicamente las remuneraciones al servicio público, pero no de la base burocrática, sino de algunos grupos, como es el caso de los Diputados, que además de sus altos salarios perciben prebendas o canonjías a discreción, disminuyendo las arcas públicas. Vemos también que se crean dependencias de ornato, innecesarias, que significan grandes erogaciones, no en aras de la sociedad, sino del acomodo y reacomodo de políticos a quienes así se premia su amistad o servicios electoreros. Lo cierto es que en opinión de los ciudadanos, los dispendios de las arcas públicas son muchos y muy notorios, y su resistencia a pagar más impuestos es justificada y explicable, pues le queda la convicción de que los paga para mantener a una burocracia y no para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR