Página Tres/ Servicio camionero debe ser de primera

AutorRicardo Omaña del Castillo

Servicio camionero debe ser de primera

Tenía que suceder. El desordenado y peligroso servicio del transporte ha sido puesto en el banquillo de los acusados porque, salvo excepciones, se ha convertido en una amenaza pública en la vialidad en la Ciudad de Monterrey y municipios circunvecinos. No ha habido hasta ahora poder que meta en cintura a los improvisados choferes de las diferentes rutas que no deberían tener en sus manos tan delicado e importante servicio que tiene qué ver con la seguridad y la vida de los usuarios. Sólo en el mes de octubre, 2 personas han muerto y 43 más han resultado lesionadas por la increíble irresponsabilidad de los choferes a quienes podríamos hacer una larga lista de imprudencias punibles. El transporte público está en manos de individuos que no respetan las señales de tránsito, que juegan carreras entre sí, que se desplazan a velocidades no permitidas, que suben y bajan pasajeros en doble y en triple fila, que "lanzan" sus camiones sobre los autos particulares para que les cedan el paso, que pasan de manera estúpida los cruceros ferroviarios, etcétera. El saldo de esta barbarie es una afrenta para la Ciudad y una vergüenza para las autoridades y para los propios transportistas. De septiembre del año pasado al de este año, casi mil 300 personas han resultado lesionadas en accidentes en los que han participado camiones urbanos. La Subsecretaría del Transporte reconoce la gravedad del problema y promete frenarlo mediante la expedición de licencias especiales sólo a personas aptas para prestar el servicio. El director del departamento de Tránsito de Monterrey, Alejandro Herrera, considera que sin la cooperación de los transportistas no es posible corregir esta situación porque es imposible que con 700 agentes pueda controlarse un parque vehicular de camiones que rebasa las 5 mil unidades. Por su parte, el titular de la Cámara Estatal del Transporte, Carlos Chavarría, es de la opinión de que el incremento en los accidentes es por no trabajar, punto. Se refiere a las autoridades, que si no abren nuevas calles deberían al menos ordenar el tráfico. ¿Sirven de algo las excusas? De ninguna manera. Si está de por medio la integridad y la vida de los usuarios y de los peatones, y de otros automovilistas, cada quien debería asumir su responsabilidad en este problema. Y creo, sinceramente, que en el reparto de esas responsabilidades, la primera y más importante es la que corresponde a los transportistas, pues son quienes...

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