Pagan el precio de la fe

AutorRebeca Pérez

La fe mueve montañas, pero también puede mover fusiles. De 1926 a 1929, el País estuvo inmerso en una Guerra Cristera, en la que según estimaciones, perdieron la vida más de 50 mil personas.

A propósito de la Semana Mayor, expertos en el tema recapitulan acerca del papel protagónico que jugó Jalisco en la batalla entre el Estado y la Iglesia, por el fanatismo y devoción religiosa, pero también por la manipulación de la aristocracia y los altos jerarcas del clero.

"El Gobierno no le pedía a los católicos que renunciaran a su fe; el punto central del conflicto es el cierre de las iglesias y eso no fue indicación del Gobierno de la República, sino del Episcopado mexicano, fueron los obispos los que decidieron el cierre de los templos y la suspensión del culto", explica el sociólogo y filósofo con estudios en Teología y Educación del ITESO, Arturo Navarro.

El doctor en Historia, José María Murià resalta que la Cristiada emergió en tiempos de la Reforma Agraria y como tal se manipuló el movimiento de la defensa de la fe, con el de la protección de la tierra.

"Con el tema de la supuesta defensa de la religión, también está implícita la defensa de la pequeña propiedad ante la avalancha de la reforma agraria que se concibe en México, en contra de los grandes latifundios que se formaron durante el porfiriato", apuntó Murià.

"No fue una defensa de la religión, es una falacia montada por quienes manejan la religión a su servicio y su conveniencia, no es una defensa de la religión, sino es en defensa de la jerarquía eclesiástica y sus intereses", completó el historiador.

EL ORIGEN DEL CONFLICTO

El conflicto comenzó en 1926, cuando el entonces Presidente Plutarco Elías Calles impulsó la reglamentación del artículo 130 de la Constitución mexicana, para establecer parámetros precisos en torno al funcionamiento del clero.

La legislación suprimía la participación de la Iglesia en la vida política del País, privaba al clero de ostentar propiedades e impedía el culto fuera de los templos.

Jalisco jugó un papel importante en la lucha por su fuerte arraigo religioso, igual que la zona centro de México.

"En Jalisco hubo una práctica religiosa muy fuerte desde la evangelización, cuando vino una agresión a la libertad religiosa, esta sociedad estructurada con esas tradiciones, estableció un rechazo unánime en forma...

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