Opinión Invitada / Enrique Lendo: Cumbre climática de Biden

AutorOpinión Invitada

Estados Unidos juega un papel fundamental para el alcance de las metas fijadas en el Acuerdo de París no solo por ser el segundo emisor de CO2 en el mundo, sino por su capacidad para incidir en los demás países a través de mecanismos diplomáticos, económicos y coercitivos. Sin embargo, además de reforzar el compromiso de otros países, Joe Biden enfrenta el reto de convencer a su propio Congreso y a su base política que la recuperación económica y el bienestar de largo plazo se pueden lograr con inversión baja en carbono.

En el ámbito internacional la meta es clara. Según el Acuerdo de París, para estabilizar el incremento de temperatura en 1.5 °C al final del siglo, las emisiones de CO2 tienen que ser neutras en 2050 y reducirse 50% al 2030. Pero el avance no es muy alentador. De acuerdo con el último reporte de la ONU, los compromisos presentados a la fecha tan sólo suman 1% de reducción al 2030. En contraste, 124 países, que representan el 60% de las emisiones globales, se han comprometido a ser neutros en carbono al 2050. Es decir, hay una voluntad creciente de cumplir con la meta de medio siglo, pero poca claridad sobre cómo se llegará a ella.

Tenemos menos de una década para reducir las emisiones globales a la mitad. En los siguientes nueve años será necesario instalar la infraestructura, generar los cambios tecnológicos, eficientar los procesos productivos y transformar los hábitos de consumo para detonar una revolución sin precedente. El cambio de paradigma es equivalente al que se dio durante la revolución industrial del siglo XVIII o al de las TICs en los noventa. Las decisiones que tomemos hoy serán críticas para definir el perfil de emisiones de los siguientes 30 años.

Y esta es precisamente la intención de Joe Biden. Convencer a connacionales y extranjeros de que no hay tiempo que perder. En tan sólo tres meses ha emprendido iniciativas con gran potencial de incidir en la transformación requerida. Hace unos días, presentó su plan de recuperación económica de 2 billones de dólares (dos veces el PIB de México) que incluye inversión pública y créditos fiscales para construir redes de transmisión eléctrica de energía...

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