'La ópera es más que piruetas'

AutorIsrael Sánchez

A unos días de debutar como Tamino en La flauta mágica, de Mozart, el tenor Javier Camarena definiría: "La ópera es mucho más que piruetas y fuegos artificiales en la voz".

Es difícil pensar que el Gran Teatro del Liceu, en Barcelona, no se llene de fuegos artificiales por la sola confluencia en escena de dos figuras como Camarena, astro internacional belcantista, y el director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, quien dirige esta ópera cuyas funciones arrancan hoy.

A lo que el tenor veracruzano en realidad se refiere es que se trata de un rol que no tiene la explosividad o la euforia, por ejemplo, de La hija del regimiento y los nueve retadores Do de pecho del aria "Ah! Mes amis, quel jour de fête". Sin que ello quiera decir que sea de menor calidad o incluso una pieza sencilla, en lo absoluto.

"Esta obra (La flauta mágica) es hermosa. A la par que la he ido estudiando más y profundizando en el conocimiento de la misma, cada vez la valoro mucho más de lo que lo hacía hace algunos años. Y de verdad que es una obra que tiene una complejidad importante y de tomar en cuenta.

"Entonces, sí, cambio un poco la pirueta y el circo por algo mucho más profundo y más maduro", expresó Camarena (Xalapa, 1976) en un enlace telefónico desde Barcelona, previo al esperado compromiso operístico anunciado en enero de 2020.

Una puesta en escena que recupera la producción que el escocés David McVicar realizara para la Royal Opera House de Londres en 2003, donde la travesía del príncipe Tamino en busca de Pamina, hija de la Reina de la Noche, transcurre con un exaltado simbolismo entre el bien y el mal, la inteligencia y la ignorancia o la ciencia y la superstición.

Para Camarena, la última obra del compositor de Salzburgo -escenificada unas semanas antes de su muerte, en septiembre de 1791- representa un reto por diversas razones: desde no estar vinculada a su repertorio belcantista y su escritura en alemán hasta por las propias exigencias del rol que ahora encara.

"Tamino puede parecer un rol muy simple, un rol sencillo, pero tiene una complejidad técnica, una complejidad y profundidad dramática y expresiva muy importante. Creo que sí te exige madurez en todos estos sectores para poder interpretarlo bien.

"De mi parte hay una gran emoción, muchos, muchos nervios. La preparación ha sido muy ardua", compartió el tenor. "El idioma alemán, aunque lo conozco y lo puedo hablar y todo, tampoco es que sea el idioma que más domino; pero, a diferencia de hace 10...

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