El Ojo Breve / Reflujo

AutorCuauhtémoc Medina

Yoshua Okon, HCl, Galería Enrique Guerrero. Horacio 1549 A, Polanco. Lunes a Sábado. Tel. 52802941

Hasta el 22 de abril.

HCl, la nueva instalación de Yoshua Okon, busca por sobre todo despertar el disgusto. Toda aproximación a la obra se ve antecedida y permeada por el asco, ya el intento de poveerla de algún grado de reflexión, ya las ganas de desdeñarla por su banalidad intrínseca o de asimilar el humor rancio que despide.

La instalación, que cruza de lado a lado la estrecha sala de exhibición de la Enrique Guerrero en Polanco, es ni más ni menos que una máquina que hace fluir vómitos que el artista obtuvo, según dice, de 20 personas bulímicas. Una tubería transparente de acrílico, de unos 20 centímetros de diámetro pone en exhibición a la altura de los ojos un líquido parduzco que circula impulsado por una "bomba de líquidos espesos".

Los fluidos siguen procesándose dentro del mecanismo, dejando escapar un olor penetrante y ácido, que se acentúa por el goteo derivado de las imperfecciones de la instalación. Más allá de las alusiones al drenaje, o la referencia a la bulimia como mal de las sociedades de hiperconsumo, HCl es fundamentalmente la sobreexposición de su materialidad abyecta.

El título mismo de la pieza es una mera referencia química: HCl, es la notación de una de las sustancias más corrosivas del planeta, el ácido clorhídrico. Claro está, es uno de los componentes fundamentales del proceso de la digestión, y el responsable principal del detestable olor del vómito. Juzgar de bueno o malo el flujo de este proceso interrumpido de digestión sería un tanto ridículo.

La crudeza de la sensación (y/o la un tanto inalcanzada ambición de shock que pudiera albergar el artista) no deben distraernos del hecho de que ésta es una obra del todo factible en el territorio cultural del presente. Tan hipócrita sería pretender que la obra de Okon no sugiere un cierto regodeo con el asco del espectador, como simular un horror exagerado. Es por demás sabido que el arte contemporáneo expresa crecientemente la preocupación cultural general por los fluidos y procesos corporales.

Por un lado, se trata de un arte que ocurre en una sociedad cada vez más adicta a una cierta codificación corporal, donde no por casualidad ansiedades e ideales se expresan ya por la vía de la obsesión higiénica por evitar toda contaminación y roce con los fluidos del otro, como por la extendida preocupación por la alimentación y el peso. Okon mismo parece haber derivado la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR