Obras públicas, el oscuro negocio de la Sedena

Primera de dos partes

Zorayda Gallegos

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 9 (EL UNIVERSAL).- La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se convirtió en una constructora muy poderosa en México, pero su disciplina militar no la blindó de cometer fallas en sus procesos de contratación. Esta investigación revela que en 17 obras militares y civiles el Ejército contrató como proveedoras a 100 empresas que incumplieron requisitos legales: no contaban con el personal ni la capacidad técnica para realizar los trabajos o simplemente eran empresas fachada.

Entre 2007 y 2018, en los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, la Sedena realizó 851 obras que le fueron encargadas por varias dependencias de gobierno por administración directa, modelo previsto en la ley de obras que no se sujeta a una licitación pública.

En una revisión hecha sólo a 17 de las 851 obras, se encontró que la dependencia militar destinó 891 millones de pesos para contratar como proveedoras de bienes y servicios a un centenar de empresas con inconsistencias que firmaron contratos en un procedimiento desaseado o que advierten posibles actos de corrupción.

Ninguna de las 100 compañías estuvo inscrita en el padrón de proveedores de la Sedena; una veintena de ellas fue creada exprofeso para las obras; nueve se disolvieron meses después del contrato; siete no cuentan con registro ante la Secretaría de Economía, y tres fueron sancionadas por la Secretaría de la Función Pública (SFP).

Cinco empresas o sus socios están señalados en el listado del Servicio de Administración Tributaria (SAT) como firmas que simulan operaciones; ocho proveedores no fueron localizados; nueve tienen algún incumplimiento fiscal que les impediría recibir contratos, mientras que en ocho casos más alguno de los socios formó parte de algún padrón de beneficiarios de programas sociales.

Tras visitar las direcciones fiscales y de los dueños de 70 de las 100 empresas, se encontró que nueve reportaron un número de vivienda que no existía; asimismo, en 31 domicilios no había ninguna compañía, porque nunca operaron ahí o fueron desmanteladas. En la dirección de una firma en el Estado de México, por ejemplo, había un gimnasio, y en otras dos en Puebla, un negocio de barbacoa y una papelería.

En otras tres compañías no había personal laborando o eran oficinas virtuales. En una más se estaban mudando de instalaciones y en otras dos los dueños desconocían la dirección exacta de su negocio.

Tras entrevistar a un centenar de personas...

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