'Obliga' demonio a ex policía a entregarse por un levantón

AGOBIADO Y arrepentido por participar en el 2010 en el secuestro de un estudiante a quien entregó a un grupo de la delincuencia organizada y que después apareció muerto en Valle Oriente, en San Pedro, un ex policía estatal decidió entregarse a la Policía Ministerial y desde ayer está en el Penal del Topo Chico.

Además, el detenido José Alberto Pérez Aranda, de 36 años, apodado "El Chato" o "El Tino", veía en el rostro de su hija menor la cara de un demonio, por lo que se vio obligado a entregarse a la justicia.

El ex elemento estaba arraigado y ayer se le ejecutó una orden de aprehensión girada por el Juez Quinto de lo Penal de Monterrey, quien hoy le iniciará el proceso 91/2013 por el delito de secuestro.

El ex elemento de Seguridad Pública del Estado ingresó la tarde de ayer al reclusorio en las próximas horas rendirá su declaración preparatoria.

Se informó que Pérez Aranda, quien se desempeñó como policía razo durante 14 años, se entregó el 4 de mayo en las instalaciones de la Policía Ministerial y tras declarar fue arraigado.

Pérez Aranda, quien confesó que durante 8 meses realizó labores de halcón para los zetas en la Zona Sur, declaró ante el Ministerio Público que se entregó, porque en el rostro de su hija menor ve la cara de un demonio.

Aseguró que pensó que el diablo ha empezado a poseerla, por lo que cree que la menor volvería a estar bien si confesaba que entregó a miembros del grupo delictivo a una persona inocente que nada tenía que ver en la guerra entre cárteles.

Relató que el 13 de julio del 2010 después de las 20:00 horas, junto con otros cómplices a los que sólo identificó como "El Joselito", "El Mack", una mujer policía, "El Apache o El Indio", "El niño" y "El Chino", privaron de la libertad a Alejandro Elías Luna Alvarado, de 17 años, quien vivía en un sector de Privanzas.

El joven salió de su casa a las 19:45 horas y fue a lavar su Passat color blanco con rines deportivos y vidrios polarizados, después se dirigió por Lázaro Cárdenas a comer unos tacos en la Colonia Contry.

Desde esa avenida empezó a ser perseguido por el uniformado y su cómplice "El Joselito", otro policía ya detenido, que le ordena disparar a las llantas del carro del joven para detenerlo cuando iba por Alfonso Reyes.

Aseguró que antes habían perseguido dos vehículos sospechosos, entre ellos un Jetta color blanco, pero se escaparon y al observar el Passat con el menor creyeron que era uno de los autos que buscaban.

Según consta en la averiguación, tras...

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