Nuevas voces de la literatura mexicana

AutorFrancisco Morales V.

La mítica revista Granta tiene una bien ganada fama de profeta. Fundada hace más de 100 años, la publicación de origen inglés ha obtenido notoriedad internacional por la configuración de listas que, cada 10 años, descubren al mundo a los mejores narradores de su generación, como un aval que ha probado ser un detonador de importantes carreras.

Para muestra, Granta predijo el ascenso del Nobel inglés Kazuo Ishiguro y la notoriedad de autores como Salman Rushdie. En Latinoamérica, por ejemplo, hizo despegar la carrera de nombres ahora establecidos como Alejandro Zambra, Samantha Schweblin, Andrés Neuman y el mexicano Antonio Ortuño.

Por segunda ocasión, este año Granta en español ha elegido a los 25 mejores narradores de los países de lengua española menores a los 35 años, con México como la segunda nación con mayor representación, sólo después de España.

Andrea Chapela, Mateo García Elizondo, Aura García-Junco y Aniela Rodríguez, nombres escasamente conocidos todavía y con pocas obras en su haber, son los mexicanos a los que Granta apuesta en esta ocasión. Ellos nos hablan sobre sus motivaciones literarias, sus poéticas personales y su obra.

MATEO GARCÍA ELIZONDO

Una historia que tardó 32 años

Mateo García Elizondo pasó 10 años de su vida con una idea vaga, pero incesante, dándole vueltas en la cabeza: escribir una novela situada en un pueblo mexicano a mitad de la nada.

Esta obsesión personal, con sus numerosos cambios de historia, sus personajes múltiples y sus borradores descartados, no terminó de tomar forma hasta que, en un chispazo de inspiración, encontró a su protagonista.

"Vine al Zapotal para morirme de una buena vez", declara el personaje, en la primera frase de Una cita con la Lady (Anagrama), el des-censo de un heroinómano al territorio oscuro entre la vida y la muerte con el que García Elizondo se estrenó en el mundo editorial.

"Cuando salió 'la Lady', un amigo que hace mucho que no veía me dijo: 'Ah, no manches, ya por fin lo lograste, cuánto tiempo te tardaste'", reconoce el escritor. "Y sí, yo le pude haber dicho: 'No me tardé 10 años, me tardé 32'".

Lo anterior, desde luego, no implica que durante todo ese tiempo García Elizondo (Ciudad de México, 1987) se haya mantenido ocioso, sino lo opuesto.

En su camino hacia su primer y hasta ahora único libro, lanzado simultáneamente en italiano por la prestigiosa editorial Feltrinelli y recipiente del Premio Ciudat de Barcelona, su autor incursionó en el guionismo cinematográfico, en la narrativa gráfica y en el periodismo.

"Realmente, lo que a mí siempre me ha interesado escribir son historias, independientemente del medio, si es cine, si es en literatura, también los cómics son algo que siempre me ha interesado y que me he tratado de involucrar en eso", explica.

"Supongo que sabes que soy de una familia donde todos escriben y hacen cine o pintura, artes visuales", se adelanta a las preguntas que, aunque reconoce que han llegado a aburrirle, entiende como producto de una curiosidad legítima.

Y es que sus dos apellidos, García y Elizondo, adquieren un peso importante cuando se sabe que los abuelos del autor son, nada menos, que Gabriel García Márquez y Salvador Elizondo.

"Por un lado, yo agradezco mucho haber crecido alrededor de libros y alrededor de historias y con una familia en donde contar historias es un oficio de cierta manera y, sin duda, eso tuvo cierta influencia sobre mí", confiesa.

"Lo he ido integrando con el tiempo, pero también a veces es una desventaja por muchas razones, por ciertas expectativas, o por ciertas preconcepciones de lo que uno va a hacer, o quiere hacer, o puede hacer".

Por desgracia, explica, su juventud no le permitió tener una relación de tutela literaria con ninguno de sus dos abuelos -a quienes se refiere, únicamente, como "Gabo" y "Salvador"-, pues ambos ya eran mayores cuando su nieto comenzó a escribir en serio.

"Es una lástima, pero yo lo que aprendo de ellos está disponible para cualquier lector y para cualquier escritor atento", declara.

Tras estudiar la carrera de Letras Inglesas y Escritura Creativa en la Universidad de Westminster, en Londres, García Elizondo tuvo su primer gran éxito autoral al coescribir junto a Jonás Cuarón la película Desierto (2015).

La cinta, protagonizada por Gael García Bernal y Jeffrey Dean Morgan, narra la historia de una familia de migrantes mexicanos que, en su cruce hacia Estados Unidos, son acechados por un francotirador racista.

"Todo fue una locura y una gran introducción al cine que siempre es como un medio escarpado y complicado de navegar, pero fue una gran introducción y a mí me acabó de enamorar de hacer cine", relata.

García Elizondo es también guionista de los cortos Domingo (2013) y Clickbait (2018), así como escritor de diversos proyectos de cómic. No obstante, la dificultad de echar a andar proyectos en ambos medios, lo animaron a seguir su vocación inicial.

"Lo increíble de la literatura es que el escritor, de cierta manera, está en control, en cierta medida, del producto final y es responsabilidad del escritor llegar a una obra entera, entonces eso sí me enamoró mucho y fue parte de lo que fue increíble de Una cita con la Lady", abunda.

Ese pueblo que tardó 10 años -o 32- en configurar, se convirtió en El Zapotal de la novela, un lugar inhóspito y espectral que el protagonista elige para tener su último encuentro con la "Lady", como llama a la heroína.

"No me quedan más que tres mil pesos, veinte gramos de goma de opio y un cuarto de onza de heroína, y con eso me tiene que alcanzar para matarme", advierte el personaje, al inicio del viaje donde la vigilia y el sueño, la realidad y la alucinación, se amalgaman en un estado de consciencia alterado y una existencia suspendida.

Construido a partir de los viajes por el País que hizo García Elizondo en sus veintes, las anécdotas que ha escuchado sobre consumidores consuetudinarios de opiáceos, el libro que abreva tanto de Juan Rulfo como de la Generación Beat tomó toda la experiencia vital de su autor para escribirse.

"A mí, ahora me sorprende esta inclusión en (la lista de Granta de) los menores de 35, agradablemente, porque pues sí, uno en el proceso siente que se está tardando y que esto toma mucho tiempo de aprender y que quizá no avanza mucho por épocas", explica sobre cómo fraguó su primer libro.

"Para mí es un gran honor, es una gran...

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