La nueva política de EU hacia China es la misma

Fecha de publicación18 Octubre 2021
AutorJuan CarlosBaker

La elección de Joe Biden no cambió sustancialmente la visión de Estados Unidos respecto de China y el reto que ésta representa para el liderazgo estadounidense en el mundo.

Consideremos la dimensión comercial. Recordemos que el presidente Donald Trump inició una guerra comercial con China al incrementar los aranceles a prácticamente todas las importaciones chinas, y endureció las condiciones para que las empresas chinas pudieran hacer negocios en Estados Unidos.

Antes de que iniciara la pandemia, en enero del 2020, China y Estados Unidos firmaron un acuerdo, llamado “Fase 1”, que en teoría serviría para incrementar las compras chinas de productos estadounidenses, reducir algunos aranceles y promover una mejor protección a los derechos de propiedad intelectual. Entonces, parecía que alcanzar este acuerdo era un paso clave para la reelección de Donald Trump.

Pero, tanto los resultados del acuerdo Fase 1, como la campaña para la reelección de Trump se quedaron cortos, de modo que cuando Biden entró a la Casa Blanca, parecía haber razones para esperar un cambio de estrategia. Inmediatamente, se hizo notorio que Joe Biden no criticó como tal los métodos de Trump, sino que se concentró en el hecho de que Estados Unidos dejara a un lado a sus aliados para atender lo que, en su visión, era un problema importante para todo el mundo.

Durante diez meses esperamos algún anuncio sobre la política hacia China hasta que, finalmente, el pasado 4 de octubre, la Embajadora Katherine Tai, Representante Comercial de Estados Unidos, anunció la “nueva” visión de EU respecto de su relación comercial con este país. Dicha visión tiene el objetivo de “defender los intereses de los trabajadores estadounidenses y de fortalecer a la clase media de Estados Unidos.”

¿Cómo harán eso? A través de revisar el cumplimiento de los compromisos de China en el acuerdo “Fase 1”; de lanzar un programa de exención limitada de aranceles en aquellos productos que Estados Unidos decida; continuar cuestionando las prácticas comerciales estatistas y de no mercado del gobierno chino; y trabajando con sus aliados para definir las reglas comerciales del siglo 21. Ninguno de estos elementos es diferente de las cosas que hace apenas dos años, bajo otra administración, se presentaron como la gran solución al reto chino.

Hay razones para pensar que, al menos en el corto plazo, esta estrategia no será exitosa. China ciertamente no ha realizado las compras de productos...

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