En el norte, oleada de despojos agrarios

AutorJuan Alberto Cedillo

SALTILLO, COAH.- Durante al menos 15 años la compañía estadunidense Minera Penmont, junto con la mexicana Peñoles, se apropió de manera ilegal del ejido El Bajío en Cabor-ca, Sonora, para explotar las vetas de oro en una extensión de 7 mil 500 hectáreas. "Se metieron como la humedad", cuenta a Proceso el abogado Jesús Thomas González, quien representa a los agraviados.

A partir de 2002, dice, los ejidatarios denunciaron el despojo ante los tribunales hasta que en 2011 ganaron el litigio y las empresas tuvieron que regresar las tierras; y como las retornaron con la riqueza del subsuelo casi agotada, exigieron a las autoridades una indemnización de 850 millones de pesos para resarcir el daño ecológico causado a más de 80% de la superficie que explotaron las mineras. Hasta ahora no han cumplido.

Historias como la de ese ejido sono-rense son comunes en varias regiones del territorio nacional. El esquema tiende a reproducirse ahora en los terrenos donde se realizan trabajos de exploración en el subsuelo en busca de gas y petróleo no convencional. Las encargadas de hacerlo, principalmente en el noreste, son compañías extranjeras subcontratadas por Pemex que se quedan con las ganancias cuando encuentran gas y aceites lu-tita, sin que ninguna autoridad, estatal o federal, les llame la atención por la contaminación que provocan o por los despojos a ejidatarios.

Con la complacencia de las autoridades, las empresas privadas dedicadas a la explotación de yacimientos subterráneos pagan rentas bajísimas a los campesinos, pues esas actividades aún no son rentables. No obstante, los expertos aseguran que la falta de infraestructura en la zona de la Cuenca de Burgos eleva los costos, a diferencia de la explotación de gas y petróleo no convencional que se realiza en Texas.

En Eagle Ford, por ejemplo, la región más grande de Estados Unidos donde se extrae shale gas, la inversión promedio para la perforación de un pozo es de aproximadamente 7 millones de dólares. En contraste, en el noreste del país la carencia de carreteras, agua, hoteles, viviendas y otros requerimientos para la explotación de ese mismo tipo de gas eleva la inversión a más de 25 millones de dólares; es decir, casi la cuadruplican.

Hay otros factores que contribuyen a incrementar los presupuestos a la hora de invertir. Durante los dos últimos años, desde que Pemex amplió la búsqueda de shale gas en esas entidades, el norte de Coahui-la, así como Nuevo León y Tamaulipas, comenzaron a ser...

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