El naufragio: Prueba del temple

AutorNorma Dávila

MURAL / Corresponsal

MANZANILLO.- Una prueba de sobrevivencia tocaba a sus puertas.

Era el amanecer del lunes 10 de noviembre. Un grupo de 121 marinos de la Fuerza Naval del Pacífico (FNP), entre almirantes, capitanes, oficiales, clases y marinería, estaban listos para zarpar en la fragata F-201 "Bravo" de las instalaciones del sector naval de Manzanillo.

Su misión sería sobrevivir a un simulacro de naufragio, permaneciendo durante 96 horas en la mar, a unos 54 kilómetros aproximadamente de la costa, es decir, a 30 millas náuticas.

Este ejercicio representa parte de una práctica para aprobar un curso de sobrevivencia que de manera previa los marinos habían recibido, teóricamente, en el Centro de Instrucción Naval Operativa.

"Hay que mentalizarse previamente sobre lo que vamos a hacer, cada quien tiene su propia iniciativa respecto a su terapia ocupacional y sobre todo mantener tolerancia para no ponerse irritable en un espacio tan pequeño, ya que somos un promedio de 20 personas por balsa en un espacio pequeño.

"Se templa el carácter y con eso se surge a una nueva etapa de formación profesional, tengo cuatro horas de haber abordado la fragata y tengo mucho qué reflexionar", relata un Teniente de Fragata, de profesión abogado, dedicado a realizar convenios para salvaguardar la vida en el mar.

Con un sonido general emitido por las bocinas de la fragata, llamado "toque de zafarrancho", que se da cuando ya no es posible mantener el barco a flote, todos los marineros salen a cubierta con su chaleco salvavidas y se lanzan al mar agrupados para irse ayudando.

Dos marineros que quedan en cubierta lanzan las siete balsas que se inflan de manera automática al caer al mar.

Inmediatamente los marinos alejan las balsas a 150 metros del barco, para evitar daños o que sean succionadas al hundirse la embarcación.

"Uno piensa que es complicado dormir con ropas húmedas, pero en realidad el salvavidas ayuda bastante para mantener el tronco seco y ya es más fácil soportar los miembros mojados, ya con el tronco seco uno puede dormir", comenta el Almirante, Casimiro Martínez Pretelín, comandante de la FNP.

"Las balsas salvavidas están diseñadas para albergar un cierto número de personas, en el interior traen todo lo que un náufrago puede necesitar, desde agua hasta alimentos, pasando por anzuelos, luces y señales de bengala"...

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