Múgica, el imprudente

AutorAbel Camacho Guerrero
Páginas67-69

Page 67

Durante el transcurso de treinta años dictatoriales, la burocracia, particularmente a la alta burocracia, había perdido la dignidad, si algún día la tuvo, y el hacendado, el industrial asociado al capitalismo extranjero, (incipiente dominio en la vida mexicana) y los altos funcionarios de la Iglesia, en contrarían justo y cómodo proteger sus intereses cercando con elogios al impávido dictador.

La masa del pueblo, según lo hemos venido diciendo repetidas veces, sufría y maldecía al régimen dictatorial.

La provinciana no se libró del virus de la adulación. La ciudad de Zamora, Mich., estaba representada en sus autoridades civiles y militares, comparsas que buscaban la oportunidad de fabricar, a su modo, halagos al dictador.

Si en la Ciudad de México, como decía doña Carmen Romero Rubio de Díaz, los aduladores se refugiaban en su helicón para lanzar a los vientos sus interesados apólogos de inspiradas y coronas cardenalinas, en Zamora, Mich., el cabildo de la ciudad, sin recurrir a romántica literatura, rindió también su versallesco homenaje a la en todas partes admirada esposa del presidente, poniendo el nombre de ella a céntrica calle de la ciudad, y este homenaje, habitual y monótono por repetido en el país, encendió, por considerarlo interesado de parte de quienes lo realizaron, la ira en el joven Francisco J. Múgica, a grado tal, que de inmediato publicó un artículo en su periódico "Demócrata Zamorano", en el que manifestaba que reconocía y aprobaba las razones por las que se rendía homenaje a heroínas como Leona Vicario y Josefa Ortiz de Domínguez, o a la señora Maza, toda ánimo y decisión, (alusión sin duda a doña Margarita esposa del presidente Juárez), pero que como ni la historia, ni el juicio nacional habían declarado a la señora Carmen Romero Rubio de Díaz ni benemérita, no benefactora, ni heroína, si bien era una dama virtuosa y digna de respeto como tal, creía que el homenaje que las autoridades civiles de Zamora rendían a la esposa del Presidente, ponía en evidencia la cultura y el criterio de los habitantes de la ciudad, porque la "consagración" de la señora Romero Rubio de Díaz, sólo revelaba "adulación", por ser la respetable dama, esposa del Primer Magistrado del gobierno nacional.

Page 68

Continuaba el artículo diciendo: "Para quitarnos pues, dos responsabilidades que como patritas y demócratas pasan sobre nuestras cabezas de ciudadanos sin der por esto responsables de las lesiones sufridas a la justicia y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR