Mueren ocho en Italia por error en hospital
| Autor | Ángel Villarino |
Corresponsal
ROMA.- En lugar de oxígeno, los tubos de la unidad de terapia intensiva insuflaban un gas usado como anestésico en los pulmones de los pacientes. Error que mató a una mujer de 73 años y que podría ser la causa del fallecimiento de otros siete pacientes en un hospital del sur de Italia, según informes divulgados ayer.
El caso es el enésimo escándalo en la Sanidad italiana, esta vez localizado en el hospital de Castellaneta (provincia de Puglia), donde se suministró protóxido de nitrógeno en lugar de oxígeno.
Ahora nadie podrá culpar a la falta de presupuesto o tecnología, porque la moderna maquinaria responsable de la catástrofe llevaba sólo 12 días funcionando y supuso un importante desembolso.
Ayer, mientras los familiares de las víctimas lloraban las pérdidas y el Ministerio de Sanidad escurría las responsabilidades, el Gobierno regional de Puglia aseguraba que habrá un castigo ejemplar para los culpables.
Hasta ahora, sólo la muerte de la última paciente puede ser atribuida sin duda a la instalación de la maquinaria. Las otras siete defunciones, registradas en la misma área del hopsital en menos de dos semanas, tendrán que esperar a la verificación mediante las autopsias.
"En siete de los ocho pacientes la muerte se puede reconducir a la gravedad de las propias patologías que presentaban y a su avanzada edad", se defendió el jefe de cardiología del hospital, Antonio Scarcia, remarcando que la edad media de los fallecidos era de 75 años y que todos estaban en condiciones "desesperadas".
"Para los dos últimos fallecidos se sostiene lamentablemente la hipótesis de que la causa de su muerte sea la inhalación del protóxido de carbono en cantidades excesivas. Para los otros seis, sin embargo, creo que podemos excluir la posibilidad", agregó el responsable sanitario de la provincia de Taranto, Marco Urago.
Las explicaciones, contradictorias en los detalles, no convencen a la opinión pública ni a los medios locales de comunicación, que fundamentan sus sospechas con un dato alarmante: de los 21 pacientes que han pasado por la sala de terapia intensiva desde que el equipo fue puesta en marcha, hace dos semanas, 40 por ciento ha salido sin vida.
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