Motivación y costos de la contrarreforma energética

Fecha de publicación12 Febrero 2021
AutorGabrielQuadri de la Torre

El gobierno del presidente López no se rige por ninguna motivación de racionalidad pública – eso es obvio-. Más bien, sus decisiones son consecuencia de una compulsión desbocada de concentración de poder, y de una obsesión megalómana, pazguata y narcisista de trascendencia histórica. No puede interpretarse de otra forma la iniciativa preferente de cambios a la Ley de la Industria Eléctrica, que pretende desmantelar de un plumazo legislativo la Reforma Energética Constitucional lograda en años anteriores. Es clarísimo que el origen de semejante contrarreforma nada tiene que ver con un cuidadoso análisis de beneficios y costos para el país. Sus costos serán – ya son – demoledores para la economía nacional y para el bienestar de los mexicanos.

La iniciativa de López tiene la finalidad de reconstituir monopolios de gobierno, abortar la transición energética hacia las energías limpias y renovables, y bloquear a las empresas privadas del sector eléctrico. Reitera un falaz acuerdo administrativo emitido por la Sener sobre “Confiabilidad” del sistema eléctrico, mismo que ya ha sido desechado por la Suprema Corte de Justicia, lo que permite anticipar que de convertirse en ley (algo seguro), será impugnada y rechazada por el máximo tribunal de la República. Pero eso no detendrá al gobierno, que continuará saboteando y haciendo zapa en la Reforma Energética por la vía de los hechos. La iniciativa anula los criterios económicos del despacho eléctrico, cancela las subastas de energía limpia, pervierte y hace irrelevante el mercado de Certificados de Energía Limpia, y cierra la red de transmisión a las empresas privadas.

Todo esto tendrá consecuencias gravísimas. Detendrá la inversión privada en el sector eléctrico, expulsará a empresas multinacionales generadoras de energía limpia, y provocará una oleada de incertidumbre jurídica que impactará en toda la economía nacional. Implicará una confiscación en la práctica de la inversión privada por más de 22,000 millones de dólares, y la pérdida de decenas de miles de empleos. México se sustraerá al avance tecnológico y a un comercio global en equipos y componentes de energía renovable. Elevará los costos de la energía para las empresas que hoy dependen de fuentes privadas renovables de electricidad, dado que estas son mucho más baratas que las plantas ineficientes, sucias y contaminantes de la CFE; perderán competitividad, y con ellas, México. (El costo por Megawatt-hora es tres o cuatro veces más...

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