Morelos: corrupción judicial

AutorErnesto Villanueva

Primero. La violencia intrafamiliar y la sustracción de menores (delito consistente en el "secuestro" de niños o niñas por el padre o la madre que, entre otros supuestos, por resolución judicial no ejerza la guarda y custodia) se ha vuelto una práctica común en el país. Este caso, empero, tiene una relevancia que lo hace de interés público por las personas que intervienen y por los indicios de corrupción de las autoridades que deberían administrar justicia. En efecto, la pequeña Regina se encuentra ya con su madre Fernanda, pero impedida de salir del país porque el juicio familiar que lleva en Mo-relos no se ha resuelto en los términos de ley y hay un "extraño" retraso judicial, por decir lo menos. Después de la recuperación de Regina, Fernanda, ciudadana española, debió salir del estado de Morelos por la intimidación de que ha sido objeto desde el gobierno de Graco Ramírez. Se trata del caso del cuñado del exgobernador Estrada Cajigal quien sigue teniendo una presencia significativa en la entidad. Custodiadas ahora por agentes federales y de la Ciudad de México por intervención de la embajada española, Fernanda y Regina han sufrido en carne propia la impotencia de vivir en un país donde la ley es sólo un fetiche para casi todos. El asunto sería una estadística más si no concurrieran los delitos de lesiones y agresiones perpetradas por el exgobernador Estrada Cajigal y su cuñado, Gerardo Gómez Borbolla, contra Fernanda. El propio Gómez Borbolla le reclamó públicamente a la magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos, Nadia Luz María Lara Chávez, no haber cumplido el presumible acuerdo existente entre la magistrada Lara Chávez y Gómez Borbolla: "Es usted una descarada -le espetó textualmente Gómez Borbolla a la magistrada Lara Chávez en un video del que tengo copia-; usted me sentó en su escritorio con un abogado y me 'bajaron' 150 mil pesos. Me extorsionaron diciendo que yo ya iba a ver a mi hija y llevo un año sin verla".

Segundo. El servidor público en general no sólo debe ser honesto, sino pa-recerlo. Por esta razón, si fuera falsa la acusación que se le hizo, la magistrada presidenta del máximo órgano judicial de Morelos debió haber interpuesto un recurso legal para evitar cualquier suspicacia. El que calla otorga, dice el viejo adagio. Quizás la magistrada no quiso hacer más grande el asunto y decidió que lo mejor era guardar un prudencial silencio. Esta postura, sin embargo, se viene abajo por la...

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