Mochilazo en el tiempo

Cuando se enviaban señales a los pretendientes con abanicos y pañuelosEL UNIVERSAL¿Para qué utilizarías un abanico? Usualmente es para producir aire fresco en un lugar caluroso. También es un recuerdo común en las fiestas de XV años. Sin embargo, antes era un elemento de la indumentaria de las mujeres elegantes y una forma de comunicarse con los pretendientes, los ?susodichos?.

En los tiempos del Rey Felipe V, por los años 1700, en México la vigilancia que ejercían los padres a los novios era extrema. Esto provocó que los enamorados crearan un sistema de comunicación a través del abanico y pañuelo.

Por ejemplo, cuando las damas se pasaban el abanico por un lado opuesto significaba que no tenía novio. Si este femenino elemento estaba medio abierto, se aceptaba la relación; abrir despacio este instrumento significaba que tenía novio; cuando la mujer se abanicaba y fijaba la mirada, era una cita segura; las mujeres contaban cierto número de las varillas del artefacto para acordar la hora del encuentro. ¡Cuidado! Las mujeres cerraban o apretaba el abanico cuando tenían celos.

Y aunque resulte difícil de creer: ¡Antes también te mandaban a la friendzone! Esto ocurría cuando la dama cerraba de un solo golpe su abanico, pues representaba desdén.

Por su parte, el pañuelo, si ella quería al joven, lo apoyaba en la mejilla derecha; si no lo quería, en la izquierda; enrollarlo en la mano derecha significaba que amaba a otro; si lo guardaba en el bolsillo era como decir ?olvídeme?.

Los hombres se ponían el pañuelo en el cuello como señal de que volverían pronto; pero si el hombre se limpiaba la cara con él era un ?tengo celos?; el ?tengo que decirte algo? era mostrado al poner el pañuelo en la oreja izquierda. Todo esto era parte de los buenos modales.

Pero a todo esto, ¿qué son las buenas costumbres? Cualquier cosa que hiera la moralidad es contrario a las buenas costumbres. Estas se refieren a el conocimiento y ?la práctica de las leyes que la moral prescribe? para vivir en paz y armonía en sociedad, según Manuel Antonio Carreño. Estas reglas son dirigidas para hombres, mujeres y para todas las clases sociales. El objetivo es ser mejor personas.

Además, menciona: ?Los gustos e inclinaciones de los demás, no es otra cosa que la virtud misma deponiendo un tanto la austeridad de su carácter. No es otra cosa que la decencia, moderación y oportunidad en nuestras acciones y palabras, y aquella delicadeza y gallardía que aparecen en todos nuestros...

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