MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Los años tienen dos oficios principales: pasar y aliviar penas.

Hace dos décadas y media acompañé a una generación de Ingenieros Químicos y Químicos Administradores del Tecnológico de Monterrey en la celebración del vigésimo quinto aniversario de su graduación, y peroré ante ellos. Al parecer no escarmentaron, pues me volvieron a invitar a sus 35 años de egresados.

Ahora el ingeniero José Eduardo Viera tuvo la gentileza de llamarme por los 50 años de la generación. Estarán con ellos, en espíritu, dos de sus maestros más apreciados: Ramón de la Peña Manrique, paisano mío saltillense, inolvidable, y el ingeniero Santiago Chuck Cárdenas, igualmente querido y recordado.

No podré estar en su celebración. Mis andanzas de juglar...

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