MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

Esta flor tiene un nombre que en mi comarca se pronuncia en modo sonoramente esdrújulo.

Se llama "plúmbago".

Es una linda flor. La mañana en que el Señor la creó -tiene que haber sido una mañana- el buen Dios seguramente estaba algo inseguro: el azul de la flor no es un azul azul; es un azul un poco azul, un vago azul, un titubeante azul.

Hay cosas que son absolutamente azules. El cielo de Saltillo, por ejemplo. Su azul es tan azul que casi grita lo azul que es. Otra cosa muy azul son los ojos de una mujer de ojos azules. Tan azul es ese azul que es capaz de pintar de azul el corazón del hombre que la ama.

El azul del plúmbago, en cambio, el azul plúmbago, es un azul...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR