Mirada microelectrónica

AutorCarlos Figueroa

Aún existen paisajes inéditos: los instrumentos de observación científica revelan dimensiones de lo real que podrían ser de fantasía. Dentro de cada elemento visible funciona el microcosmos de moléculas que lo componen.

La doctora en Ciencias Mahinda Martínez, coordinadora de la Maestría en Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), reconoce como impactante la primera observación que hizo en un Microscopio Electrónico de Barrido (MEB) en 1996; a la fecha le sorprende el avance registrado en estos equipos, que datan de 1931.

"Un grano de polen es un polvito minúsculo, y al mirarlo (en el MEB) con esa cantidad de aumentos, aparecen todas sus ornamentaciones, aperturas (...), es impresionante, realmente surge un mundo per se", afirma.

Para la maestra en Ciencias Ana Lucía Tovar, encargada de operar el MEB de la UAQ, la suposición de que el color uniforme del polen colectado por las abejas podría deberse a un acopio homogéneo por parte de estos insectos, resultó comprobada cuando vio las nanopartículas de polen con ayuda de un equipo que alcanza un millón de aumentos.

"Al observar que las nanopartículas del polen son idénticas entre sí en cada muestra, concluí que las abejas no combinan diferentes tipos de polen en una misma carga".

Luis Hernández, director de Fotónica Instruments México, explica que mientras un microscopio óptico tradicional alcanza hasta mil 500 aumentos, un MEB ofrece hasta 2 millones.

"Estos equipos revelan mundos increíbles que conforman y coexisten en el contexto común, no hay límites para ver algo por primera vez".

...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR