Manuel J. Jáuregui / A primera oída

AutorManuel J. Jáuregui

No suena tan mal a primera oída la reforma fiscal que planteó anoche el Presidente Peña Nieto.

Siendo que a nadie le gustan los incrementos en los impuestos, son males necesarios que en ocasiones resultan ser tolerables o de plano completamente insoportables.

Todo parece indicar que lo propuesto anoche por el Presidente Peña Nieto cae bajo el primer rubro, esto es, lo tolerable.

Muchos esperábamos algo bastante más agresivo, y si es que acaso se aprueba la propuesta tal cual sin agregársele extremismos en el Congreso, sería una que bien puede cumplir sus metas de incrementar la recaudación sin dar al traste con la economía.

Es bueno que se elimine el IETU e igualmente el IDE, mas quizás no tanto el que mediante el IEPS se incrementen (más) los impuestos a las gasolinas, pues este tipo de gravámenes tienden a frenar la actividad económica e impulsar la inflación.

Las condiciones actuales de nuestra economía pre-recesionaria hacen que estos dos males nos resulten particularmente nocivos, pues agravan el mal en lugar de aliviarlo.

Dejar el IVA como está, pero homologándolo en todo el País, también es bueno y frena la evasión al tiempo que amplia la base fiscal, algo que siempre se nos promete que harán pero que rara vez logran.

Que se graven las ganancias de capital en la Bolsa, por ejemplo, es algo que no golpea a la población en general y a los inversionistas sólo moderadamente.

Quizás -y esto sería bueno que lo estudiaran los departamentos de economía de nuestras más prestigiadas universidades- sí logrará este gravamen (nuevo para nuestro sistema) que la inversión especulativa sea redireccionada, es decir, que en lugar de acudir los ahorradores a la Bolsa se muden a otro tipo de inversión, quizás en bienes raíces o algo por estilo: el tiempo dirá.

A la larga pudiera resultar hasta positivo, ya que inhibirá la especulación y orientará la inversión hacia formas mas productivas y provechosas para la economía.

Ciertamente que ahuyentará los llamados "capitales golondrinos" que por su naturaleza especulativa no son tan deseables.

CAVEAT: ¡aguas! Todo lo anterior lo decimos a sabiendas de que falta conocer a detalle la "miscelánea" y falta ver qué cosas le quitan y le ponen a esta propuesta los legisladores.

Por ello decimos que si no le meten mucha mano, así como viene pudiera resultar aceptable para la mayor parte de la población.

Cambios en cosas como la nulificación de la llamada "consolidación fiscal" afectan sólo a un porcentaje muy pequeño...

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