Manuel J. Jáuregui / Repudio social

AutorManuel J. Jáuregui

Pudiéramos, con sobradas razones, hablar del repudio público en nuestro contexto: por ejemplo, las trampas que a nivel local realizó Jaime para que Rodríguez saliera un colero candidato presidencial.

Algo que no le dejará nada a Nuevo León más que vergüenza, desatención, oprobio y desorden.

Pero no, hay cosas más trascendentes en este mundo que los desmanes de un ex priista narcisista: y en lo que hoy respecta queremos platicarles que nos da cierta esperanza -no mucha- que el REPUDIO SOCIAL contra el racismo del Gobierno de Trump comienza a asomarse.

Es apenas un granito, pero al mismo tiempo representa una señal alentadora de que pudiera convertirse en todo un fruto que logre restablecer en el país vecino un equilibrio a mediano plazo que restaure en él una semblanza del adalid democrático que alguna vez fue.

Nos referimos a TRES incidentes en que altos funcionarios fueron EXPULSADOS de sendos restaurantes, repudiados socialmente por representar al Gobierno de Trump.

Significando con ello que cada vez un mayor número de ciudadanos norteamericanos se comienzan a oponer activamente a las prácticas nazistas/imperialistas de Mr. Trump, quien gobierna por decreto, se pasa por el arco del triunfo las voces disidentes en el Congreso, sean o no de su partido, y ha dicho y hecho las cosas más aberrantes imaginables en contra de sus vecinos, amigos y aliados.

Enajenando con ello a todo el mundo: casi ningún amigo internacional le queda al Gobierno de Trump, si acaso Shinzo Abe, Primer Ministro de Japón.

Como habrán leído ya ustedes, la Jefa del Interior, o sea del departamento de Migración norteamericano, implementadora de la separación familiar, de la "cero tolerancia", y ahora de la incapacidad de poder realmente reunir a los hijos con sus padres, Kirstjen Nielsen, tuvo la ocurrencia de ir a cenar a un restaurante de comida mexicana en Washington, D.C., el martes pasado por la noche, dos días después de que el supuesto "genio" a quien se le ocurrió sugerir la adopción de esta política, un mocoso llamado Stephen Miller, hizo lo mismo en un restaurante distinto en donde fue llamado "fascista".

Ahora bien -y esto es un hecho demostrado con papeles- como muchos de los racistas que acompañan a Mr. Trump en su loco intento por destruir todos los valores admirables por los que antes Estados Unidos era considerada la vanguardia humanitaria del mundo, resulta que este tal Stephen Miller es DESCENDIENTE de un alemán, Nison Miller, cuya aplicación para...

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