Maestros viejos, maestros jóvenes... el dilema de la UNAM

AutorSantiago Igartúa

A 10 días de haber tomado posesión, a finales del pasado noviembre, decenas de académicos llegaron hasta la torre de Rectoría para pedir a Graue la cancelación del proyecto, por considerarlo discriminatorio y excluyente.

El rector no los recibió. Sin embargo, durante su estreno como presidente del Consejo Universitario, el noveno día de diciembre, se le entregó un documento firmado por cientos de universitarios detractores del programa.

Sin embargo, habló del asunto. Enfa-tizó la necesidad de revertir el "envejecimiento" de la planta académica como un problema central para el futuro de la UNAM y refrendó el proyecto.

La Gaceta UNAM del pasado 18 de abril publicó un aviso para extender la convocatoria al programa, que estará vigente por cuarto año consecutivo, hasta el 10 de junio.

El rejuvenecimiento de las plantas académicas es una de las principales preocupaciones en la agenda de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.

En ese sentido, la UNAM ha sido pionera en aplicar su proyecto, comprendido fundamentales en dos subprogramas: el Retiro Voluntario por Jubilación del Personal Académico de Carrera y el de Incorporación de Jóvenes Académicos de Carrera (SIJA).

Con el primero, la UNAM ofrece al personal académico de tiempo completo que haya cumplido 70 años y por lo menos 25 de antigüedad -entre otros requisitos-la posibilidad de jubilarse con una renta mensual vitalicia contratada por la institución con una aseguradora privada, que en 2016 será de 22 mil 507 pesos, así como un seguro vitalicio de gastos médicos mayores. Ambos beneficios se suman a los derechos ya estipulados en el contrato colectivo de trabajo y la oferta sería para 200 trabajadores al año.

El SIJA, por su parte, está diseñado para otorgar las plazas liberadas por los académicos jubilados mediante el programa anterior, a académicos con maestría y doctorado menores de 37 años, en el caso de los hombres, y de 39 en el caso de las mujeres.

El programa funciona desde 2013 y hasta el año pasado se habían jubilado mediante este programa 567 universitarios; 389 de esas plazas se asignaron ya a docentes jóvenes.

Con esto, según información oficial, la UNAM consiguió disminuir un año la edad promedio de la planta académica, estabilizándola en un promedio de 53.7, cuando la tendencia desde 2000 era que se incrementara seis meses anualmente. La proyección para 2025 es alcanzar un promedio de 46 años.

Esto, indica la UNAM, es gracias a que los jóvenes académicos incorporados mediante el SIJA promedian una edad de 33.56 años en el caso de los hombres y 34.86 en el de las mujeres.

Ahora las autoridades universitarias ven a 909 académicos como "potencial-mente jubilables" con los estándares de su proyecto. La Dirección General Asuntos del Personal Académico (DGAPA), responsable del programa, entregó a este semanario un documento donde compara a dicho sector con las jóvenes...

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