Más allá del cliché

AutorAnaline Cedillo

Fotos: Analine Cedillo

"Cómete un gulash", ese guiso especiado de carne, tan representativo de la región, fue lo primero que me recomendaron cuando les conté que iría a Budapest. De ahí en más, nada.

Hay que decirlo, aunque está sobrada de motivos, la capital de Hungría no es el sueño viajero de la mayoría de los latinoamericanos. El año pasado, apenas unos 24 mil 400 brasileños llegaron hasta la llamada "Perla del Danubio" y sólo 30 mil 500 turistas arribaron del resto de América Latina, incluyendo México.

Formada por las antiguas poblaciones Óbuda, Buda y Pest, y unida como una sola ciudad a partir de 1873, Budapest se mantiene como un destino misterioso en el corazón de Europa, en comparación con París, Madrid, Londres, Roma o incluso Praga, capitales que por años han sabido acaparar los reflectores turísticos.

Pero tal vez sea mejor así. Como no se sabe bien qué esperar, cada paso por sus calles saturadas de historia resulta refrescante.

Edificios como la imponente y céntrica Basílica de San Esteban, donde todo lo que brilla es oro, reflejan el esplendor que tuvo la ciudad durante el siglo 19.

Unos más guardan la huella de la Segunda Guerra Mundial, cuando gran parte de Buda fue destruida, mientras que otras construcciones remiten a la época del comunismo.

Entre la gente joven, sobre todo, existe un ánimo latente por cambiar la percepción de la ciudad y dejar en claro que el país ya no es comunista desde hace años, cuenta Veronika Szabó, la húngara de ojos azules que trabaja como gerente de relaciones públicas del Four Seasons Hotel Gresham Palace.

Sin embargo, algunos otros echan mano de la nostalgia o el desconocimiento de quienes no vivieron bajo el régimen y organizan recorridos para mostrar uno que otro sitio clave de la época roja, al tiempo que describen la vida cotidiana de aquellos días.

Mientras tomamos el desayuno mirando de reojo al río Danubio y al Puente de las Cadenas, el más antiguo de la ciudad, Veronika con su perfecto inglés pausado, agrega que los negocios quieren tener más presencia en las redes sociales y buscan estar en sintonía con lo que sucede en otras capitales del mundo, pues a diferencia de hace cinco años, quienes más visitan el destino son jóvenes.

SABOREAR LA CIUDAD, HOY

Descubrimos el ánimo cosmopolita de Budapest a través de su gastronomía. Tras el fin del comunismo en 1989, en el país comenzó una transición en la vida cotidiana y en cada una de las industrias, las cuales adaptaron modelos del mundo occidental. Sin embargo, el cambio en la escena culinaria fue paulatino.

"Durante el comunismo toda la comida era la misma, puesto que el estado tenía un libro de cocina y, básicamente, en todos los restaurantes se cocinaba el mismo tipo de comida con el mismo procedimiento", explica Máté Kovács (o Mateo Herrera en español, bromea), quien a sus 25 años es copropietario del restaurante Baldaszti's Grand, una de las propuestas más nuevas de la Avenida Andrássy, arteria principal de la ciudad y parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2002.

Visionarios con capital para invertir y conexiones en el occidente de Europa, creyeron que la cocina húngara debía reinventarse. Entonces, cuenta entusiasmado Mateo, convocaron a chefs de países como Francia para que vinieran a enseñar a los húngaros cómo se hace la cocina actual, mientras que algunos chefs jóvenes viajaron al extranjero para trabajar en restaurantes reconocidos por la Guía Michelin en España, Francia o Italia, para aprender las nuevas técnicas y familiarizarse con otros ingredientes.

"La verdadera revolución comenzó hace unos seis años cuando abrió el primer restaurante realmente bueno, Costes", opina el egresado de negocios, quien junto con su socio de 26 años ha viajado por el mundo a sitios como Tailandia o Nueva York.

En 2011, Costes se convirtió en el primer restaurante húngaro en ser distinguido con una estrella Michelin, seguido del restaurante Onyx, reconocido el mismo año. Máté, tranquilamente sentado en medio de la decoración de Baldaszti's, la cual describe como nórdica y pura, confía en que su otro restaurante, llamado Zona, será el tercero que presuma la cotizada estrella.

POR LAS RAÍCES HÚNGARAS

No podemos (ni queremos) eludir la visita a los monumentos históricos de Budapest, por más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR