Luis Rabinal González / Los Sabios del Sexo

AutorLuis Rabinal González

No saben ustedes -bueno, quizá les pasó lo mismo- las cosas que me dijeron del sexo en la escuela. No saben que en mi salón de sexto de primaria estaba el clan de los Sabios del Sexo, que todo sabían sobre cómo tener sexo, como seducir a una chica y cómo funcionaba todo eso. No puedo aquí referirles tales "enseñanzas" porque la Ley de Imprenta me lo prohíbe, pero esto me sirve para reiterar lo que la reciente encuesta de MURAL arroja sobre la iniciación a la sexualidad de los jaliscienses: para el 63 por ciento el tema es "inexistente" en el hogar, siendo la escuela y los amigos la principal fuente de la información y, yo digo, de la desinformación.

Los Sabios del Sexo, un clan que se repetía y repite en todas las escuelas, eran los mentores de chicos interesados y no interesados en las cuestiones del sexo. De la escuela recuerdo los libros de ciencias naturales, mas no la explicación cuerda y científica de algún maestro como fuente de respuestas a nuestras incipientes inquietudes. Para las preguntas sin respuesta estaban los materiales de los Sabios del Sexo y no había más. Con el paso del tiempo advertí cómo interactuaba la falta de información sexual con la postura que en cada familia se tenía respecto de lo que hoy llaman cuestiones de género. Las muchachas y los muchachos que a su falta de instrucción sexual agregaban modelos de machismo y de violencia intrafamiliar generaban actitudes que les dificultaba relacionarse normalmente. Se acercaban a chavos del sexo opuesto con muchos prejuicios, lo que condicionaba su conducta y restaba naturalidad y espontaneidad a la relación que establecían. Nada peor en una relación humana que iniciarla pensando cosas del otro que todavía no averiguamos por nosotros mismos. Los desencantos que sufrían eran lo de menos en comparación con los exabruptos de un novio que entendía cualquier gesto como una autorización para manosear y algo más. Las experiencias difíciles sobrevenían con mucha facilidad.

Por el contrario, y a pesar de partir con graves carencias de educación sexual, quienes lograban establecer un noviazgo sano y auténtico, arribaban a su primera experiencia en un contexto de acuerdo y satisfacción mutuos. Sin embargo, la desinformación siempre omnipresente generaba intranquilidad y el riesgo del embarazo no deseado, con todas las consecuencias que de ello se derivan. Por su parte, los Sabios del Sexo se convirtieron, al paso de los años, en los más torpes para relacionarse.

Según la encuesta...

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