Londres después de media noche

AutorAugusto Cruz García-Mora y Daniel de la Fuente

Forrest Ackerman vivía para los monstruos, y algunos monstruos, los más legendarios, se mantenían con vida gracias a él. Mi impresión, el día que solicitó mis servicios, fue la de un hombre perseguido por el tiempo, el cual, a pesar de sus noventa y un años, no dejaba de revisar documentos ni conversar por teléfono, al tiempo que escribía e intentaba aplastar una hormiga que paseaba por el borde de su escritorio. A su espalda se apilaban torres de devedés, de videocasetes beta y vhs, cintas de súper 8 y 16 milímetros y latas para almacenar negativos. De cada centímetro de las paredes colgaban fotos donde se le veía abrazado por dinosaurios, extraterrestres y otros seres extraños que saludaban con entusiasmo a la cámara. Todos los anaqueles, repletos de libros, amenazaban con venirse abajo en cualquier momento, mientras que tres archiveros que no lograban cerrar parecían a punto de escupir de sus entrañas centenares de documentos: si no se lo tragaban los monstruos que habitaban su oficina, sin duda lo harían esas montañas de papel. Su oficina era un caos, pero cuando tuvo necesidad de localizar algún documento lo encontró de inmediato. El hombre que se hallaba frente a mí se movía en ese lugar como un creador en su universo. Vestía una camisa de seda de color rojo y un pantalón café con un cinturón negro, el cual usaba muy por encima del ombligo. Un fino y delgado bigote se extendía sobre sus labios desde las fosas nasales, encima de las que se montaban unos gruesos anteojos de armazón negro. Cuando finalmente colgó, apartó con el brazo derecho un grupo de documentos a fin de crear un oasis en su escritorio: -Lo mejor será ahorrar tiempo con las presentaciones, ¿no cree? Conozco su expediente así como usted seguramente conoce el mío -dijo, y no le faltaba razón.

Como pude averiguar antes de dirigirme a su casa, me encontraba frente al primer coleccionista en todo el mundo de películas de horror y ciencia ficción. A medida que trabajaba como escritor, editor y agente, Forrest J. Ackerman -también conocido como Ackermonster, Forry, Dr. Acula, Uncle Forry o Mr. Sci-Fi, por haber sido él quien impuso la abreviatura más famosa del género-, logró reunir la más extensa colección de objetos empleados en este tipo de películas. Si bien comenzó imprimiendo fanzines con historias fantásticas en viejos mimeógrafos, a principios de los años treintas, Ackerman era reconocido por haber librado durante décadas una batalla de proporciones galácticas junto a...

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