Libro del FCE sobre Revueltas

AutorPhilipfe Cheron

Revueltas termina esa enumeración volviendo a su mundo y a escenas que veía a diario ("y luego el maltrato a los peones mexicanos, ya aquí en la Merced, donde vivíamos, me irritaba profundamente, me daba el sentido de la justicia"), para concluir que todo aquello determinó un rasgo dominante en él: "el deseo de luchar". Aun cuando la lucha por la justicia y la libertad puede conducir a la muerte, él acepta conscientemente tal riesgo: estamos en la lucha de clases. Evidentemente hay que ser consecuente con lo que implica este tipo de lucha. Si uno es oportunista, pues el camino lo tiene más allanado, pero a condición de inclinarse al servicio, de simular. Pero eso sí no; yo no cederé hasta el último momento de mi vida. [...) Se amarga una gente que está toda su vida en puestos públicos, un chambista, ¿no? Pero, ¡qué diablos me importa a mí no comer; bueno, pues no como y ya!

Esos recuerdos se ven confirmados por testimonios escritos de la época, aquellos que provienen de los contemporáneos que lo conocieron bien: el de su hermana Rosaura, por ejemplo. En una carta de 1934, después de aceptar que él la trate de burguesa ("no lo puedo remediar, soy burguesa, y no podré dejar de serlo hasta que me muera, a menos que se operara en mí una catástrofe interior") y de reprocharle su ignorancia, su desinformación, ella no le oculta su admiración: "Yo no te culpo porque seas como eres, yo pienso que si hubiera sido hombre, habría sido más impetuoso y apasionado todavía que tú". Más tarde; su hermana mayor, Consuelo, cuenta que, cuando José tenía unos 13 años (en 1927), trabajaba en una ferretería donde recibió la influencia de camaradas de trabajo "que eran absolutamente de izquierda", y "empezó a tener la cabeza llena de esas ideas". Luego, en la época en que estuvo en la correccional (1929-1930), cuando Consuelo iba con su madre a visitarlo, apunta dos rasgos de su carácter: la firmeza ("el mundo es muy injusto", responde él, "todo flaco, terco en sus ideas", a su madre) y la compasión hacia sus compañeros de infortunio (en una tentativa de evasión por un orificio en el techo junto con un co-detenido, los habían vuelto a agarrar debido a que un reo más joven les había suplicado que lo llevaran con ellos y al que Revueltas no pudo decidirse a abandonar).

Ese inquebrantable deseo de lucha y esa compasión son constitutivos de la mayoría de los militantes comunistas de aquella época; Revueltas sólo fue uno entre muchos, aun cuando estos atributos...

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