Libertad política y comunismo mexicano

AutorPablo Gómez

A fines de los cincuenta se habían producido varios movimientos que apuntaban a la libertad y la democracia sindicales, tal como el realizado por el magisterio de la capital, bajo la dirección de Othón Salazar.

Las represiones del gobierno lograron que de aquellas luchas democráticas no quedara ni un sindicato nacional fuera del ámbito del charrismo, sistema de control oficial, pero también parte integrante de la forma antidemocrática de gobierno.

El Partido Comunista Mexicano, fundado en 1919, cambió de dirección en 1960 y empezó a construir una línea que se enderezaba a combatir los mecanismos políticos de la dominación priista, no sólo el charrismo, sino también el control oficial de toda clase de organizaciones campesinas, estudiantiles, patronales, etcétera, así como la prisión política y, en general, la ausencia de libertades democráticas.

El común denominador de esa nueva orientación del Partido Comunista era el tema de la democracia política o, como lo mencionaba su líder, Arnoldo Martínez Verdugo, quien había llegado a la dirección del PCM después de la represión contra los ferrocarrileros, "la libertad política para todos los ciudadanos".

En ese entonces, el único partido legal de oposición era el derechista PAN, cuya plataforma democrática se reducía a tratar de evitar la manipulación de los resultados electorales y el llamado voto cautivo del PRI, pero sin plantear la libertad política para todos, incluyendo la de integrar otros partidos e intervenir libremente en la lucha electoral.

En 1963 el Partido Comunista llegó a un acuerdo con varios grupos y personajes para crear el Frente Electoral del Pueblo (FEP), incluyendo con quienes antes había impulsado la creación de la Central Campesina Independiente.

El gobierno negó reconocimiento legal al FEP, no obstante lo cual éste presentó en 1994 candidatos sin registro que hicieron una campaña en todo el país. Ramón Danzós Palomino, miembro del PCM, fue postulado candidato a la Presidencia de la República. Valentín Campa, preso entonces, fue uno de los candidatos a senador. No se contaron los votos emitidos a favor de esas candidaturas, no se encuentran en la estadística electoral mexicana, como si aquellos electores no hubieran concurrido a las urnas. Así era México.

La consigna de libertad a los presos políticos era probablemente la más importante que se enarbolaba dentro del programa de lucha por la libertad política para todos. Eso de "para todos" reflejaba el hecho de que algunos...

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