Lavando ando: robo de identidad

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COLUMNA
LAVANDO ANDO: ROBO DE IDENTIDAD
Por C.P.C. David Henry Foulkes Woog
Expresidente de la C omisión de PLD del
Colegio de Contadores Públicos de Méx ico
PLD
ESCENA URBANA MUY COMÚN
Miércoles 23 de marz o, 6:50 de la maña-
na, abordo el metro e n la estación Pan-
titlán, ju nto a mí otras 80,00 0 personas,
o algo así, pelea mos un lugar en los va-
gones, a empujones me logro meter, me
acomodo junto a una de las puer tas del
extremo cont rario; 27 minutos de trayec-
to, bajo del tren y cami no al parador de
peseros en donde está el q ue me llevará
a mi trabajo, hago f ila otros 15 mi nu-
tos, ya voy a aborda r, busco mi carter a,
no está en el bolsi llo trasero; ¡ah c aray!,
reviso los otro s bolsillos, no la tengo en
ninguno, hago memor ia, junto a mi hubo
un individuo con gor ra y lentes obscuros
que en un frenaz o, se pegó a mí un par de
segundos y se bajó en la pr imera estación
posterior a esto; ese deb e ser el ladrón,
qué mala suerte, h ago un recuento de
los daños, creo que tr aía: $250, mi tar jeta
de crédito, la del IFE, e l calendario de la
refaccionaria , las fotos de mis hijos y mi
esposa, cuatr o boletos del metro y creo
que nada más; entonces pienso, “¿voy a le-
vantar un ac ta a la delegación? ¿Para qué?
Faltaré al t rabajo todo el día (me lo van a
descontar, vale más que lo s $250), tendré
que darle una grat ificación al se cretario
que escriba el ac ta, jamás voy a recupe rar
mi carter a ni lo que en ella venía, mejor
solo hablo al banco pa ra reportar l a tarje-
ta como extra viada y un día de estos i ré al
INE a tram itar una nueva cre dencial, al
fin y al ca bo la anterior era del IFE ”.
Tres meses más tarde, pre viendo las com-
pras navideña s, pienso incrementa r el
saldo en mi tar jeta de crédito, lo solic ito
al banco, me infor man que me rechaz an
el aumento, me enojo, los insulto y les pre -
gunto por qué no lo autoriza n, la respuesta
es sencilla, e stá usted en buró de cr édito,
me sorprendo, los insulto, siempre he pa -
gado mis cuentas en t iempo, cuando me-
nos el saldo míni mo lo pago puntualmen-
te, me informan que e n ese banco así es,
pero que tengo tres ta rjetas de cré dito en
otras tant as instituciones de créd ito y una
en una tienda depa rtamenta l y que todas
estas est án reportadas en e l buró, los vuel-
vo a insultar, yo nunca he t ramitado otras
tarjeta s, me contestan que as í están los
reportes, me asu sto, no sé qué pasa, no sé
qué h ace r.
Acudo a la Comisión Naciona l para la
Protección y Defens a de los Usuarios de
Servicios F inancieros (Condusef), ahí me
ayudan a inves tigar, efectiv amente, exis-
ten tres tar jetas banca rias a mi nombre
en distinto s bancos, estas f ueron utiliz a-
das hasta e l tope de sus límites y, nunca
fueron pagadas, l a deuda asciende sin
intereses a más de $15 0,000, esto es más
de un año de sala rio, yo lo debo, yo no lo
gasté, me indica n que lo primero es acudir
al Minis terio Público a levanta r el acta, lo
debí haber hecho cua ndo me robaron la
cartera; m ientras tanto, los despachos de
cobranza tr atan de ubicar me, en el IFE
aparece mi di rección, comienzo a recibir
visitas de los cobr adores, molestan todos
los días a mi esp osa, quien ya está har ta y
yo tambié n.
Ha transcu rrido un año, se apa recen unos
agentes de la Procur aduría de Justicia de l a
Ciudad de México en mi domic ilio, tienen
una orden de presentación, debo c ompa-
recer, me acusan del delito de f raude por
no pagar mis ta rjetas de cré dito, les platico
mis penas a los age ntes, me dicen que no
me preocupe que segur amente todo se va
a aclarar per o que tengo que presentarme
al MP; asis to, están presentes los a boga-
dos del departa mento de cobranza de uno
de los bancos, entrega n sus pruebas, una
solicitud de tar jeta, copia de mi IFE y un
comprobante de domicilio que no es m ío;
asimismo, copia de los
voucher
de compra
y de retiro de efect ivo en los cajeros auto-
máticos, el juez toma nota, c on toda tran-
quilidad me pregu nta que tengo que decir,
platico mi histor ia, nos cita para dent ro de
dos semanas; reg resamos a los 15 días a la
cita, el juez indica que no pre senté prue-
bas suficientes, q ue soy culpable y si no
pago lo adeudado, voy a la cárcel 1 2 años
por fraude.
¿QUÉ OCURRIÓ DEL O TRO LADO
DE LA OPER ACIÓN?
Un individuo (de gorra y lentes), roba la
cartera, s e queda con los $250 de efectivo
y, vende mi tarjeta de cré dito, asimismo,
vende la credencial del I FE y le pagan $150
por esta. Ya con la credencia l del IFE, una
organización c rimina l abre varia s cuen-
tas de tar jeta de crédito, cuenta s de che-
ques, etc., según el tipo de org anización
de que se trate y de los fines pa ra los cua-
les quieran las ident ificaciones. En es te
caso, pagan con el las a un proveedor de
droga por la mitad de l monto que puedan
hacer uso de las ta rjetas, de esa maner a,
con mis tres ta rjetas ba ncarias y con l a
de la tienda depar tamental, p agan a su
proveedor $75,000 de merc ancía, usan
las tarje tas hasta e l tope máximo y la s
destruyen, u na vez que saben que estas
tarjeta s pronto estarán boletina das ante
el buró de crédito.
El proveedor no le recib e las tarje tas a
100% del valor de lo que puede util izar,
ya que no podrá dis poner de dinero en
efectivo, sino que buena p arte será en
mercancía —100% lega l pues la compra-
rá con tarjet as de crédito en a lmacenes
legales— asi mismo, la organi zación cri-
minal tiene i nformación mía muy v a-
liosa, saben m i nombre, mi domicilio,
cuántos hijos tengo y t ienen lo suficiente
para extors ionarme si hago algo que los
pueda molestar.
Muchas veces no tenemos idea de cuá n
grave puede ser una sit uación, los crimi-
nales ya sab en el daño que pueden hacer
y no les importa en lo má s mínimo; sin
embargo, la gente, mient ras más ino -
cente, más vul nerable, uno nunca prevé
los riesgos de una event ualidad, el daño
puede ser no solo en lo económico, sino
de cárcel, daño reput acional y moral,
el dinero va y viene como d icen, pero el
daño socia l y psicológico al indiv iduo y
su famili a difícilmente puede supe rarse.
Siempre debemos estar c onscientes de
que a cualquier causa, h ay un efecto (a
todo cargo cor responde un abono), aun-
que la eventual idad sea muy pequeña
debemos considerar los r iesgos, algo
que parecía un robo de u na cartera con
$250 se puede conver tir en algo tan ser io
como 12 años de cárcel m ás todo lo que
esto implica.
La mejor herram ienta para ev itar los
riesgos es esta r conscientes de estos; es
decir, debemos comentar t ales situacio-
nes con nuestros fam iliares y a migos
para que en un cas o dado, se tomen las
decisiones adecuada s que reduzcan es-
tos riesgos; la prevención, au nque canse,
nunca sobra.

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