Regulación jurídica de la mariguana para uso terapéutico y recreativo

AutorGoretty Carolina Martínez Bahena
CargoDoctora en Derecho, Profesora Investigadora del Departamento de Derecho de la UAM-A. Abogada postulante
Páginas990-1008

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Introducción

En nuestra legislación de salud la mariguana no es considerada una sustancia que tenga propiedades para uso médico. No obstante, en fechas recientes, se ha discutido la posibilidad de regular su comercio y producción como parte de una estrategia para combatir al crimen organizado que se dedica a su comercialización. En el presente trabajo se analizarán algunos de los efectos negativos en el cuerpo humano por el consumo de la mariguana así como las propiedades terapéuticas que le atribuyen estudios realizados en otros países. Se destacarán algunos aspectos de su regulación en el derecho comparado y en la legislación nacional. Asimismo, se señalan algunos aspectos positivos y negativos que implican la regularización de la venta, producción y siembra de esta planta.

I Breves antecedentes de la mariguana

El cannabis sativa fue utilizado en China hace 5 000 años, su cultivo estuvo relacionado con la obtención de fibra y del aceite de sus semillas. Llegó a Europa a través del norte de África, tras la conquista Árabe. A México y a Perú la trajeron los españoles despues de la conquista; a Canadá y Estados Unidos por colonos franceses e ingleses. Es en 1870 que el cannabis aparece en la Farmacopea Americana (Manual Merck) como medicina para varias enfermedades.1 Sin embargo, después de cincuenta años de estar en la Farmacopea, se prohibió su uso tanto en Estados Unidos (1932) como en Inglaterra (1942) por los daños colaterales que su uso médico tenía en los enfermos, esta planta. En 1971 su uso es controlado por el Acta de Drogas de Abuso en el Reino Unido, donde se prohíbe la utilización médica de la hierba y de sus constituyentes activos.2

En México se extendió su uso en la época de la Revolución principalmente por los seguidores de Francisco Villa. Pero en 1916 Venustiano Carranza decretó la ilegalidad de su producción, comercio y consumo. En 2009 se reformó la Ley General de Salud para no criminalizar a los usuarios de drogas, sin embargo, el cultivo, la producción y la comercialización siguen estando prohibidas.

II Composición de la mariguana

La mariguana es una droga que se obtiene del cáñamo cannabis sativa. Es una planta anual dioica (tiene flores masculinas y femeninas) que puede alcanzar

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alturas hasta de seis metros, presentando tallos acanalados con hojas palmeadas y partidas. Existen además, la cannabis Indica originaria de la India, y la can-nabis ruderalis originaria del sur de Siberia.

Se han identificado más de 400 sustancias sintetizadas por la planta, de las cuales, más de 60 son cannabinoides. Los cannabinoides son sustancias que tienen una estructura de 21 carbonos y están formados generalmente por tres anillos: ciclohexeno, tetrahidropirano y benceno. No obstante, la cantidad y proporción de cannabinoides presentes en la planta varían según las condiciones ambientales tales como el clima, el suelo y algunos factores genéticos.3

Tres de los compuestos más abundantes en la planta son el cannabidol (CBD), el cannabinol (CBN) y el delta-9-tetrahidrocanabinol (THC), siendo éste último el componente con mayor potencia psicoactiva. La mayor cantidad de THC en la planta, se encuentra en los brotes florecientes de la parte superior y en menor cantidad en las hojas, los tallos y semillas.4

En el cuerpo humano -que también produce cannabinoides endógenos- los cannabinoides entran a través de los receptores CB1 y CB2.5 El receptor CB1 es especialmente abundante en el sistema nervioso central implicado en el control de la actividad motora, en la memoria, el aprendizaje, la percepción sensorial y en diversas funciones endócrinas, lo que implica que el consumo de mariguana afecta todos estos procesos. También se encuentra en las terminales nerviosas periféricas que inervan la piel y los tractos digestivo, circulatorio y respiratorio, así como en el testículo, el ojo y el endotelio vascular. El receptor CB2 tiene una distribución más restringida y está presente en el sistema inmune tanto en células como en tejidos.6

II 1. Presentación y vías de administración

Existen diferentes preparaciones para administrar la planta cannabis, a continuación se explican cada una de ellas y el porcentaje que cada una tiene de THC.

1) Mariguana. Para su preparación se dejan secar las hojas, flores y tallos para después triturarlos y hacer cigarros, o bien, puede ingerirse de forma oral, mezclada con alimentos. El porcentaje de THC que un cigarro tiene es de 5 a 14%.

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2) Hachís. Su preparación consiste en un exudado resinoso prensado en forma de pastillas. El porcentaje de THC es de 10 a 20%.

3) Aceite de Hachís. Consiste en una resina de hachís purificada. El porcentaje de THC es de 15 a 30%.7

III Sintomatología aguda y uso crónico

Los efectos del cannabis sobre el sistema nervioso central consisten en un estado de bienestar, sentimientos de relajación, alteraciones en la percepción del tiempo y distancia, aumentos en las percepciones visuales, auditivas y gustativas. Se pueden presentar cambios en la imagen corporal, desorientación, reacciones de pánico y paranoia, además presentar un deterioro en la memoria y dificultades de concentración.8 La intensidad de estos efectos está determinada no solamente por la dosis de THC sino también por experiencias pasadas, las expectativas del consumidor, el ambiente y las diferentes sensibilidades.

El consumo crónico e intenso de cannabis puede originar daños en la salud física. En el sistema respiratorio, aumenta el riesgo de padecer bronquitis y faringitis así como síntomas de obstrucción respiratoria. En el sistema cardiovascular, ocasiona cambios en la presión arterial. En cuanto al sistema endócrino, inhibe las hormonas sexuales con mayor riesgo de impotencia así como irregularidades menstruales.9 Respecto al sistema inmunitario, aumenta la posibilidad de invasión de microorganismos a los pulmones.10

Se asocia con restricciones o retardo en el crecimiento fetal durante el periodo medio y tardío del embarazo y con un menor peso en el nacimiento. El THC atraviesa la barrera placentaria y se acumula en la leche materna.11 Hay evidencia que

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indica que el consumo de mariguana durante la lactancia produce problemas en el desarrollo motriz de los niños. Asimismo, existe relación entre el consumo prenatal de mariguana con el funcionamiento cognitivo, los estados de ánimo, la atención y el consumo de sustancias en la infancia que repercuten en el rendimiento académico.12

Otro problema relacionado con el uso crónico de la mariguana es el Síndrome A-motivacional consistente en una conducta que se caracteriza por la pérdida de las motivaciones convencionales. Algunos de los síntomas son: a) pérdida del interés general y apatía; b) fatiga, pasividad y aburrimiento; c) decremento del funcionamiento; d) deficiencias de concentración; e) deficiencias de la coordinación y, f) pérdida de la preocupación por la apariencia.13

Se han reportado de forma sistemática casos de episodios psicóticos agudos en individuos sanos que consumen mariguana. Por ejemplo, en Pakistán y en la India, donde la mariguana se consume de forma ritual en una bebida con nueces y leche, se presentan en los bebedores manifestaciones psicóticas caracterizadas por la megalomanía, excitación incontrolable, hostilidad y alteraciones del contenido del pensamiento.14 En adolescentes, el uso de cannabis sativa se asocia con un incremento de dos a tres veces en la probabilidad de desarrollar esquizofrenia. Se estima que una de cada diez personas que consumen mariguana experimenta eventualmente síntomas psicóticos como oír voces, convencimiento de que alguien les quiere hacer daño o de que son perseguidos.15

IV Farmacocinética

Entre los métodos de administración más populares se encuentra la vía oral o por inhalación, siendo este último el método más eficaz de entrega, ya que los niveles de THC en el plasma sanguíneo pueden ser detectados en cuestión de segundos y alcanzar concentraciones máximas en menos de diez minutos.16

En contraste, cuando se ingiere por vía oral, las concentraciones plasmáticas toman mucho más tiempo, por lo general de 60 a 120 minutos, dando lugar a niveles plasmáticos de THC inicialmente más bajos. Su biodisponibilidad se ve reducida por su sensibilidad a la acidez del jugo gástrico y al metabolismo hepático intestinal.

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En estudios realizados con fumadores de mariguana, se ha visto que el volumen contenido de una fumada produce cambios significativos en los niveles plasmáticos de THC y en los efectos subjetivos psicotrópicos, y que estos cambios están relacionados mas con la dosis inhalada que con el tiempo que el humo permanece en los pulmones.17

El THC tiene afinidad por el tejido adiposo y esto sucede porque es una droga liposoluble, es decir, únicamente se disuelve en la grasa y transcurre mucho tiempo antes de que el cuerpo pueda depurarla. Esto hace que su vida media en el organismo dure más que otras drogas que son hidrosolubles, como el caso de la cocaína y el alcohol.

Esta misma propiedad explica su rápida penetración en los tejidos, sobre todo en aquellos que están altamente vascularizados, como los siguientes: el pulmón, hígado, riñón, corazón, estómago, bazo, placenta, corteza adrenal, tiroides, y glándula mamaria. Posteriormente, pasa al tejido adiposo que, junto con el bazo, son sus principales depósitos durante los tres días posteriores a su ingesta.18

Su retención en...

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