Julia Carabias / Regresan las quemas

AutorJulia Carabias

Como todos los años, al principio de la temporada de secas inician las quemas de parcelas agrícolas y potreros ganaderos en la mayor parte del país, lo que incrementa el riesgo de los incendios forestales y se emiten millones de toneladas adicionales de bióxido de carbono a la atmósfera que contribuyen al cambio climático. Debido a la importancia del tema y, más aún, por tratarse de un año en el cual la Conagua prevé un posible retraso de las lluvias es necesario volver a insistir en los riesgos y consecuencias de estas quemas.

Las quemas en parcelas agrícolas tienen como finalidad preparar la tierra para cultivarla cuando inician las lluvias; el fuego elimina los rastrojos residuales de la cosecha anterior y de las llamadas malezas. En el caso de los potreros, la quema del pasto seco permitirá inducir su reverdecimiento en cuanto ocurran las primeras precipitaciones pluviales. Asimismo, los terrenos de selvas y bosques que fueron talados en los meses previos para establecer cultivos agrícolas o potreros también serán quemados para eliminar la biomasa. Mención especial requiere el uso del fuego en los cañaverales; para facilitar la corta, centenas de miles de hectáreas de cultivo de caña serán quemadas durante los siguientes meses.

Se trata, en conjunto, de millones de hectáreas del territorio nacional, en prácticamente todos los estados de la República, que durante los siguientes meses sufrirán los avatares del fuego. En todos estos casos el fuego se usa como una técnica agropecuaria rápida y económica, pero altamente riesgosa y contaminante.

Los impactos ambientales de estas quemas agropecuarias son de muy diversa índole y vale la pena resaltar dos de ellos. Uno tiene que ver con que estas quemas son la principal causa de los incendios forestales del país; la casi nula aplicación de la normatividad existente sobre el uso del fuego agropecuario provoca el descontrol de la quema y, frecuentemente, el fuego escapa hacia las áreas forestales afectando su biodiversidad. El otro impacto consiste en que la quema de biomasa genera 10 por ciento de las emisiones mexicanas de bióxido de carbono a la atmósfera.

El uso del fuego puede eliminarse completamente en las prácticas agropecuarias gracias a la existencia de tecnologías alternativas sustentables, sin embargo, su implementación como parte de las políticas públicas es muy limitada. Controlar y tender a eliminar el uso del fuego agropecuario son tareas impostergables de Sagarpa. En el Programa...

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